Capítulo 20

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Narrador Omnisciente

Fred dejó la sala común con un nudo en el estómago y la mente llena de pensamientos tumultuosos. La imagen de Hermione y Draco juntos, durmiendo en el sillón, se negaba a abandonar su mente. ¿Cómo podría competir con la estabilidad y el estatus que Malfoy ofrecía? Se sentía abrumado por la sensación de su propia insignificancia en comparación con él.

Mientras subía las escaleras hacia su dormitorio, solo podía pensar en que Hermione estaría mejor con Draco que con él. No había rechazado a su hija, aunque tampoco había reconocido oficialmente su paternidad. Algo dentro de él le decía que Hermione podía tener razón. Al escucharla mencionar que la noche antes del campeonato fue cuando su pequeña hija fue concebida, algo hizo clic en su corazón. Se recostó en su cama, intentando conciliar el sueño y, más importante aún, rogando a Merlin que se repitiera aquella visión de una vida junto a Hermione.

[...]

En la biblioteca, Fred buscaba algo y diviso a lo lejos a la castaña que ocupaba sus pensamientos. Se veía radiante, a pesar de las preocupaciones que últimamente la rodeaban. "Hermione", la llamó en un susurro, sin querer interrumpir su concentración. Ella levantó la mirada, sorprendida al verlo. A pesar del cansancio en sus ojos, había una chispa de curiosidad al encontrarse con él.

—Fred, ¿qué haces aquí? —preguntó, dejando a un lado el libro que estaba leyendo.

Fred se sentó frente a ella, sintiendo el peso de la conversación que estaba por tener. Respiró hondo antes de hablar.

—Necesito hablar contigo, Hermione. Hay tantas cosas que necesito entender —dijo, buscando sus ojos en busca de alguna señal de comprensión. La belleza de Hermione lo distraía, con su cabello rizado y desordenado cayendo sobre su frente, pero aún así se veía perfecta.

Hermione lo observó con atención, leyendo la seriedad en su expresión.

—¿Qué quieres saber, Fred? —preguntó con cautela, preparada para cualquier cuestionamiento  que él pudiera hacerle.

Fred tomó aire antes de continuar.

—Lo que dijiste antes sobre la duración de tu embarazo... cinco meses en lugar de nueve. ¿Qué significa eso? ¿Es algo normal en el mundo mágico? O sea se que es algo normal en brujas, pero pues tu eres... diferente —inquirió, sintiendo que cada palabra que salía de su boca lo acercaba más a la verdad que tanto anhelaba, pero debía de ser muy cauteloso con cada una de ellas, si no quería hacer que Hermione se molestara y no quisiera hablar con el. 

Hermione lo miró desconcertada. ¿Embarazada? Pero solo tenía 14 años. Soltó una risita nerviosa y dijo:

—Espero que esta no sea una de tus bromas, Weasley —bramó, soltando una carcajada para aligerar el ambiente—. ¿Cómo pretendes que esté embarazada si aún soy... —Hermione se ruborizó antes de completar su oración— virgen —concluyó en un susurro, esperando que nadie la hubiera escuchado.

La expresión de Fred cambió drásticamente. Se quedó en silencio por unos segundos que para Hermione parecieron horas. Viendo que el chico parecía estar en shock, añadió:

—Amor —dijo con dulzura—, habíamos acordado no tener relaciones hasta que yo me sintiera lista, ¿recuerdas?

—¿Amor? —cuestionó el mayor de los gemelos—. ¿Por qué me llamas así? Lo nuestro solo fue cuestión de una noche —se encontraba confundido. Un día la veía con Malfoy y al siguiente ella lo llamaba amor a él. ¿Qué tipo de juego estaba jugando? Parecía que estaba perdiendo, sin ni siquiera conocer las reglas.

—¿Estás bromeando, verdad, Weasley? —su tono pasó de relajado y confiado, a brusco y seco. Las afirmaciones de Fred la estaban lastimando. Las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos—. Espero que sea una broma,—hizo una pausa, donde la voz comenzaba a quebrársele— ¿verdad? —su sonrisa era solo una esperanza de que todo fuera una mala broma y que nada de lo que él había dicho fuera en serio. Pero Fred, absorto en sus propios pensamientos, no pudo responder, ni siquiera vio venir la sonora cachetada que le propinó la pequeña Gryffindor.

[...]

Despertó con un verdadero dolor en la mejilla derecha. Se llevó la mano instintivamente al lugar del dolor, que para su sorpresa estaba caliente, como si no hubiera sido un sueño. Ni siquiera en sus sueños podía ser feliz con su castaña. 

¿Qué estaba pasando? Lo que daría por recibir dulces caricias o un tierno beso de esos labios que añoraba desde el campeonato de Quidditch, en vez de miradas llenas de frialdad y lo que parecía que se sumaba a la lista golpes. 

Estaba harto de la indiferencia de Hermione hacia él. Tenía que arreglar las cosas ya, no podía dejar que esto continuara. Mañana mismo lo haría. Y con ese pensamiento se fue a la cama, hasta que logró escuchar un grito agudo proveniente del pasillo. La curiosidad pudo más que sus ganas de querer soñar con una vida juntos a su Mione, asi que se levanto de la cama, y envuelto en su bata de dormir con pequeños leones dorados bordados, emprendió el camino en dirección al pasillo. 

Abrir la puerta del dormitorio con lentitud, y ahogo un grito para correr a donde se encontraba el cuerpo inmovil de Hermione. 


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⏰ Última actualización: Feb 22, 2024 ⏰

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En brazos de un WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora