Parte 2: regaño

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JASON TODD

Un día normal en nuestra vida, Daisy y yo estábamos en mi habitación haciendo tarea, mas ya comenzaba a anochecer. Entonces Bruce abrió la puerta, nos miró por unos segundos y se dispuso a hablar.

-Buenas tardes, señorita Falcone- le dijo a Daisy son una sonrisa algo forzada y después me miró -tenemos que irnos, Jason.

-Supongo que Gotham los necesita, hasta mañana- me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación.

Bruce y yo nos pusimos nuestros trajes y nos metimos al batimóvil, con el cual nos dirigíamos a una reunión que tendría Salvatore Maroni con algunos otros criminales, pero todo el camino estaba siendo más silencioso de lo normal.

-¿Por qué ella dijo ''supongo que Gotham los necesita''? - preguntó Bruce con seriedad.

-Bruce Wayne es una persona importante, supongo que se refería a eso- dije nervioso.

Hubo un segundo silencio incómodo controlando el ambiente.

-No le dijiste a la hija de una de las mayores mentes criminales de la ciudad nuestras identidades ¿cierto?

-No

Recargué mi cabeza en mi mano y comencé a desviar la mirada.

-¿Entonces cómo explicas que sabe nuestros seudónimos?- dijo cuestionándome con algo de enojo.

Lo miré con molestia.

-Yo no le dije ¿ok?... Ella lo descubrió

Técnicamente es cierto, ella lo descubrió, pero Batman no quedó satisfecho con mi argumento, así que decidí contarle lo que pasó en el parque.

-¿Y tú confesaste que eres Robin solo por las deducciones de una adolescente que probablemente olvidaría su conjetura al día siguiente?- dijo con enojo.

Bruce estaba molesto y ya no me quedaba mucho por debatir pero ¿qué quería que hiciera? Aunque hubiera continuado negándole que soy Robin, me habría sacado la verdad en algún momento.

-Si nos delata, les facilitaría a los criminales la tarea de matarnos- dijo Batman mientras estacionaba el batimóvil.

-No nos delatará

Ese día nuestro trabajo en equipo no fue muy bueno y, en lugar de atrapar a Maroni y sus aliados, simplemente los ahuyentamos. Después de eso dije que patrullaría solo un rato, aproveché para dejar margaritas y una nota en la habitación de Daisy.

Por tu culpa el murciélago me regañó hoy, florecita

-R

En la mañana siguiente, llegué a la escuela y no encontré a Daisy afuera, ni en el salón. La estuve buscando y finalmente la encontré en el patio, acostada sobre una banca. Me acerqué con cuidado y me paré frente a ella.

-¿No es algo temprano para ir a dormir?

Al escucharme, abrió los ojos y se sentó. Yo me senté junto a ella.

-Cuéntame cómo estuvo tu regaño- dijo mientras se tallaba los ojos.

Comencé a contarle lo que pasó y su humor parecía cambiar entre ofendida y alegre. 

-Batman me ama- dijo con sarcasmo 


Daisy (Jason Todd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora