Daisy (Jason Todd)

Parte 15: compras

DAISY FALCONE

Jason dejó sobre mi mesa un brazalete y una nota que decía:

Prometo no volver a morir en ninguno de tus cumpleaños ♥

JT

A la mañana siguiente, desperté y me levanté para desayunar.

-¿Qué hay de desayunar?- pregunté a Diane.

-Nada, no hemos ido al mercado

Me ofrecí a ir. Entonces fui y comencé a seleccionar los productos con mucha tranquilidad, pero a lo lejos miro a un tipo casi de la altura de Jason y a un niño con cara de mal humor. Esperé a que el niño se alejara para acercarme.

-Dick ¿verdad?- dije detrás de él.

-Sí ¿nos conocemos?- preguntó desviando la mirada.

-Sí, tu papi te dejó cuidándome después de que me secuestraron ¿recuerdas?- dije con serenidad.

-No es algo que debas ir gritando a todo pulmón- dijo con una leve sonrisa.

-Si no lo hacía, seguirías diciendo que no me conoces- dije en modo de disculpa.

Estuvimos hablando por unos minutos, hasta que el niño llegó y me fui para que dejara de mirarme con su característica mirada asesina.

DICK GRAYSON

Daisy se fue y me quedé con Damian.

-Parece que no basta con que Tim y Red Hood estén enamorados de ella, también tú- dijo el pequeño Wayne, mirándome mal.

-No estoy enamorado de ella, Damian. Y Tim tampoco- dije mientras nos acercábamos a pagar nuestros productos.

DAISY FALCONE

Llegué a mi casa con el mandado y Diane me regañó por llegar tarde.

-Casi muero de hambre- dijo sonriendo.

-Lo siento, me entretuve hablando con alguien

-¿Con quién?

-Dick Grayson

-El hijo más guapo de Bruce Wayne- dijo Diane con alegría.

No cabe duda de que Diane estaba enamorada del primer hijo de aquel hombre millonario.

Estuvimos un rato haciendo cosas no tan relevantes, pero finalmente fuimos a trabajar. Intentábamos investigar sobre algunos asesinatos que hubo en un laboratorio, pero el único testigo era un hombre terco, el cual no nos quería decir nada sobre el criminal que había ejecutado tal crimen.

Salí del trabajo en la noche y Jason me estaba esperando afuera, así que me acompañó a mi casa mientras hablábamos.

-¿Quieres que interrogué a ese hombre?

-A ti te va a responder. Sabe que, si no lo hace, terminará escupiendo sangre en el fregadero... eso si le tuviste misericordia- dije algo fastidiada.

-¿Eso era un cumplido o insulto?

-Creo que un poco de ambas

Cuando llegamos a mi casa, me despedí y estaba por abrir la puerta cuando su voz me interrumpió.

-¿Vamos a volver a salir?

-Como quieras- dije sin girarme a verlo.

-¿Eso es un ''no''?

-Si te quisiera decir que no, lo habría dicho directamente- dije mirándolo.

Él soltó una risa discreta.