DAISY FALCONE
Batman dejó de odiarme, incluso llegué a ayudarlos desde la baticueva.
Justo el día de mi cumpleaños, mi padre organizó una fiesta. Jason fue una de las pocas personas que invité, los demás eran familiares. Él llegó con una caja no muy grande y se encontraba vestido de una manera muy elegante.
-Al final encontraste un regalo para darme- dije con una sonrisa.
-Me esforcé buscándote regalo, más vale que te guste- dijo dándome la cajita.
Mi familia estaba concentrada en sus asuntos mientras yo estaba hablando con Jason. Si hubiera sabido que sería la última vez en mucho tiempo que lo vería, quizá lo habría abrazado y le hubiera dicho lo importante que era para mí.
De la nada comenzó a sonar su teléfono, al parecer era Bruce. Ignoró algunas llamadas, pero Bruce no dejó de insistir, por lo que Jason me hizo una seña para que lo esperara mientras contestaba.
Se alejó un poco y habló con Bruce, parecía alarmado y con algo de remordimiento
-Lo lamento, florecita. El murciélago me necesita, pero intentaré volver para comer pastel- dijo algo triste, pero al final sonrió.
Le sonreí, él me abrazó y correspondí.
-Te dejé otro regalo en tu habitación, pero espera a la noche antes de abrirlo- susurró mientras todavía me abrazaba.
Nos separamos y él se fue. A partir de ahí el día fue aburrido, pero también mi último momento alegre y normal.
Llegó el momento de partir el pastel y recordé lo que dijo Jason, pero parece que lo que hacía tardaba más de lo que yo esperaba. Partí el pastel y comenzamos a comer, yo aún con la esperanza de que entrara y me mirara con su dulce sonrisa.
Pasaron las horas y todos se habían ido, yo estaba tomando la perilla de la puerta de mi habitación cuando sonó mi celular, era Bruce Wayne.
-Lo lamentó, Daisy- él sonaba mal: triste y decepcionado.
-¿Qué ocurre?- pregunté confundida.
-Jason murió, el Joker lo asesinó
Escuché eso y lágrimas corrieron por mis mejillas, dejé caer mi celular (sin siquiera colgar la llamada) y caí de rodillas al suelo. Acababa de ver a Jason hace unas horas ¿cómo podían cambiar tan rápido las cosas?
Perdí la noción del tiempo, pero debí durar horas llorando sin parar. Entonces intenté convencerme de que todo era un sueño o una broma... tal vez en cualquier momento entraría Jason por mi ventana y me preguntaría ''¿cómo te la pasaste?'' o quizá ''¿te gustó mi regalo?''.
En ese momento recordé que no había abierto ninguno de sus regalos, tomé la caja más pequeña con las manos temblorosas. Era una caja negra con decoraciones verdes, la abrí y era un collar muy lindo, tenía un dije de murciélago y otro más pequeño con la ''R'' de Robin. No era algo que se encontrara en cualquier lugar, se tomó demasiadas molestias para conseguirlo. Tomé el collar entre mis manos y, después de meditar unos segundos, me lo puse.
La segunda caja era azul con adornos negros y claramente más grande que la primera, se encontraba bajo unas margaritas y una nota doblada, en la cara lateral decía: ''Primero abre el regalo y luego lee la nota''. Hice caso, adentro había un vestido negro y un antifaz negro.
Desdoblé la nota y la leí:
El vestido fue algo de último momento, lo miré y creí que se te vería lindo, úsalo la próxima vez que nos veamos :)
Batman te explicará la razón del antifaz.
Espero que tengas un muy feliz cumpleaños.
Otra cosa... no quería decirlo hoy porque, si no sientes lo mismo, te dejará incómoda todo el día y quizá no me vuelvas a hablar igual, pero quiero que lo sepas: estoy enamorado de ti, florecita.
R
Leí la nota muchas veces y cada vez me sentí peor, había tantas cosas pendientes y no podría volver a hablar con él. Jason no me vería usar el vestido, no me quedaba razón para volver a hablar con Bruce, no pasaríamos más cumpleaños juntos y, sobre todo, no podría decirle que también estaba enamorada de él.
No es un cumpleaños que recuerdo con alegría, pero sin duda es uno de los más memorables.
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Daisy (Jason Todd)
FanfictionDaisy Falcone y Jason Todd eran mejores amigos, hasta que Joker lo mató y ella se quedó sola. Desde que Daisy descubrió que Jason era Robin, él le dejaba cada noche margaritas y una nota en su mesa de noche. Después de años de su muerte...