MÍA

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Trabajaba en un bar, era mesera, mi vestimenta consistía en una pollera muy corta y una playera blanca que dejaba ala vista mi panza. Servíamos a todos los que llegaban, obviamente teníamos propuesta de sexo, pero eso lo hacía quien quería, no era mi caso yo solo servía.

El dueño sé que siempre venía ala parte vip o diríamos su lugar donde nadie lo veía y él no veía a nadie. Estéfany era la encargada de atenderlo pedida por parte suya y era la que más me asía la vida insoportable, pensaba que por ser la preferida o la que servía al jefe tenía derechos, maldita estúpida.

Justo hoy no vendría y yo tendría que entenderlo. No me encantaba la idea, pero era trabajo.

Lleve el whisky como a él le gustaba, ya me preparo el barman subiendo las escaleras hasta toparme con unos de sus guardias, me miro de arriba a abajo con lasciva y me dejo pasar, el sitio era inmenso extravagante y de sobras se notaba que destilaba dinero. El señor estaba de espaldas, se veía imponente y muy alto. Seguí mi camino hasta llegar frente a él invitando a que se sirva mire su rostro y mi boca en o de lo hermoso que era no podía cerrarla. Se sirvió y miro mi rostro y prosiguió por mi cuerpo.

-¿Eres nueva?-lamió sus labios.

-Si señor hace cuatro meces entre-trate de irme.

Impidió mi paso con su enorme cuerpo.
Con sus dedos rozo mi rostro.

-Nunca vuelva a tocarme un pelo sin mi consentimiento-lo mire muy enojada.

-Me gusta que seas dificil-siguió con su mirada en mis labios.

Pase por su lado.

-No termine-
Me quedé de espaldas quieta en mi lugar.

Sentí sus labios en mi oreja y su hombría en mi espalda, un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

-Muy pronto serás mía- recuperé mi compostura y me perdí por la puerta lejos de este hombre que era pura tentación y terminaría follada. Aunque pensándolo bien está bueno, tal vez me lo tire si tengo otra oportunidad.

Pasaron días y no supe nada más, solo sentía que era observada y eso me ponía muy cachonda. La tonta de Estéfany fue despedida, seguro el jefe se cansó de usarla o mejor dicho tiene una nueva en la mira y sé que soy yo.

Sábado por la noche el punto estaba abarrotado de gente, había mucho trabajo y pidieron que lleve un trago nuevamente a mi jefe, esto terminaría en sexo.
Al llegar, con un asentamiento pidio que me siente con él, no tuve mucha opción, así lo hice, era trabajo y no lo perdería, además me gustaba. Se levantó y mirándome saco toda su ropa quedando completamente desnudo.
No podía despegar mis ojos de todo su cuerpo y su tremendo miembro que invitaba a probarlo, maldito, únicamente quería provocarme.
Era perfecto donde lo mires, mis cachetes se tiñeron de rojo y mis bragas estaban empapadas. Avance asía el despacio despojándome de mis ropas y termine frente a su tremendo trozo de carne, quien ya desprendía líquido pre seminal, pase mi lengua por su cabeza rosada y apetitosa, pasando por todo su largor introduciéndolo todo metiéndolo y sacándolo. Sus gemidos demostraba que la mamada que le hacía le gustaba continúe por más tiempo empapándome más de deseo. Él acabó completamente en mi boca, tragándomelo todo, limpie mis labios y subí quedando frente a su rostro, sus labios colisionaron con los míos haciéndome escapar jadeos me presionó contra su pecho asiéndome excitar más. Envolví mis piernas en su cintura llevándome contra la pared, corrió mi braga supermojada, con sus dedos masajeaba mi clítoris, metió entre mis piernas su cabeza presionando su lengua, exploro todo mi coño dándome espasmos por mi vientre. Dilato con sus dedos mi entrada y chupo mi orificio trasero. Me tenía a su antojo, yo era muy pequeña a su lado, sus manos magreaban mis senos dándome mucha más calentura, su lengua volvió a subir por mi cuerpo llegando a mis pezones chupándolos y mordisqueándolos asiéndome delirar de pasión.
Sentí su pene entrando y llenándome completamente, sus estocadas cada vez se hicieron más fuertes, dándome bien duro y llevándome ala deliciosa locura de tenerlo entre mis piernas. Saco su verga posicionándose en mi orificio trasero entrando fuerte, pero sutilmente hasta estarlo por completo, su movimiento continuo de adentro asía afuera mientras estrujaba mis pechos, nuestros gemidos no cesaban y nuestro orgasmo llego con un increíble espasmo que nos envolvió. Estiro mi labio inferior con sus dientes.
-Fuiste mía y quiero que lo sigas siendo por muchos más -beso mis labios con deseo.

Sus palabras solo hacian chorrearme más.

Dije no al principio, pero todo este hombre despertaba fuego y terminé quemada con él.

💗comenta,vota y seguime.

💗G.Arce

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