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Ser la bruja de Hawkins nunca ha sido algo que me avergonzara, al contrario, puedo llegar a decir que tener esa fama me ha ayudado en muchos aspectos de mi vida, no tenía que estar lidiando con las presiones sociales como el resto de los adolescentes de este pueblo. Pero, también podía llegar a tornarse una tortura porque no todo el mundo veía mi estilo de vida como algo normal o algo correcto. En los últimos años de instituto he notado que la gente a mi alrededor se aleja por el simple hecho de que mi apariencia es un tanto distinta a la de las más chicas, porque mi forma de vestir es como si me delatara y le demostrara a todo el mundo que no solo era bruja, sino que era viajera en el tiempo porque cada cosa que estaba dentro de mi armario era de una o dos décadas anteriores.

 
La verdad es que no me interesaba mucho lo que los demás pensaban de mí, este pueblo era simplemente algo transitorio en mi vida, tenía pensado marcharme una vez que terminara el instituto. No tenía idea a dónde iría, pero estaba segura que con mi música llegaría a algún lado, y si eso no funcionaba, lo más probable sería que me fuera a alguna ciudad muy supersticiosa y explotaría mis habilidades. No tenía problemas en sacarle dinero a los turistas que están hambrientos por vivir experiencias sobrenaturales. Lástima que en Hawkins nadie se daba cuenta de lo que realmente sucedía, solo buscaban la forma de encontrar explicaciones lógicas a las cosas extrañas que estuvieron ocurriendo.


Ya perdí la cuenta de cuánto tiempo ha pasado desde el último día de paz en este pueblo, pero por lo que he escuchado en las noticias, ya se ha cumplido un mes desde el terremoto que devastó a Hawkins. Un mes desde que cientos de familias tuvieron que evacuar el pueblo porque aseguran que está maldito, porque otra explicación no le pueden dar. Un mes desde que esa extraña nube eléctrica reina en las alturas, amenazando con desatar el día del juicio final. Muchos creen que todo se debe al calentamiento global, y no puedo negar que el planeta poco a poco se está destruyendo por la falta de responsabilidad nuestra y de aquellos que nos gobiernan, pero este no es el caso, hay algo más detrás de todo esto.


No tenía que estar afuera a altas horas de la noche y menos en esta zona, pero tenía que volver a ver con mis propios ojos cómo había quedado el lugar dónde se encontraba mi tráiler. Allí estaba, intacto, pero rodeado por las grietas que se habían formado en el suelo el día del terremoto. Todas mis pertenencias y las de mi hermana se encontraban allí y no podía hacer nada para recuperarlas. Me lamentaba por haber perdido casi todo, pero más me angustiaba ver cómo había quedado el hogar de Eddie. Sabía que no tenía que pensar en él porque no me hacía bien, pero era inevitable no estar preocupada por no saber nada sobre su paradero.

 
El día anterior me había encontrado con su tío e intenté entablar una conversación con él, pero se negó diciendo que no tenía tiempo para hablar con una bruja como yo, que seguramente yo había hechizado su hogar para que pasaran cosas terribles como lo que le sucedió al lugar o la extraña muerte de Chrissy. Al escuchar esas palabras no podía discutirle como me hubiese gustado hacerlo porque sabía que él estaba tan preocupado como yo, y también porque algo de razón tenía. Pero, no iba a pensar en eso en ese instante.


Los habitantes del pueblo aseguraban que el lugar había sido maldito por Abigail Corwin, una despiadada mujer que había logrado escapar de la presión y librarse de su condena por los juicios de Salem, para luego instalarse y residir en Hawkins. Cuenta la leyenda que ella creía que nadie se enteraría de las atrocidades que ella había vivido, pero la verdad la perseguía y su naturaleza no podía ser ocultada por mucho tiempo. Hasta el día de hoy todavía no tengo claro qué fue lo que realmente sucedió para que ella hechizara el pueblo, porque nadie me quiere contar por miedo a mi reacción, pero sé que es algo grave y que tendré que averiguarlo si es que quiero ayudar a las pocas personas que aún están aquí.


Sé que descubrir la verdad no sería para nada fácil porque todo parece ser un secreto que nadie quiere que salga a la luz, y eso es lo que más me intriga, el por qué de tanto misterio si ya se sabe que algo raro está sucediendo. Está claro que obtener información me iba a costar algo, hasta llegó a pensar que si emprendo esta nueva aventura podría perder mucho más de lo que ya lo había hecho. Pero no tenía más opción, tenía que hacerlo, no solo por mi hermana que había desaparecido, sino también por Eddie. Ser bruja en este lugar había sido una bendición y una desgracia al mismo tiempo porque todo el mundo pensaba que era rara, que no merecía estar allí, que era mejor que desapareciera de la faz de la tierra, pero ser amiga de Eddie Munson había terminado de firmar mi condena de muerte.


Si estaba acostumbrada a que todo el mundo me mirara de mala manera porque me llamo Ana Corwin, y que pintaran cosas terribles en mi trailer por el simple hecho de ser descendiente de aquella bruja, ahora todo había empeorado. Todo el mundo pensaba que Eddie había sido el culpable de la trágica muerte de Chrissy, y que yo había participado al darle una pócima para envenenarla, y que su cuerpo sufriera de la forma que lo hizo. Nadie creía cuando les respondía que ninguno de los dos éramos responsables, que otra cosa había ocurrido, que Eddie era incapaz de hacer esa atrocidad. No estaba en su naturaleza lastimar a las personas por más que su apariencia dijera lo contrario, yo lo conocía más que nadie y sabía que esto era una trampa para ocultar lo que realmente había ocurrido.


Necesitaba encontrarlo porque poder ayudarlo, estaba segura que él no estaba bien, podía sentirlo. Una oleada de frío me recorrió desde los pies hasta la nuca y eso no era buena señal, algo estaba sucediendo con él y no podía no desesperarme con la idea de que él me estaba llamando con el pensamiento para que lo liberara de aquello que lo estaba reteniendo. No sabía con quién hablar del tema por miedo de malas mirada o que pensaran de que me estaba volviendo loca del todo, pero algo haría, no me iba a quedar sentada a que el apocalipsis arrasara con mi vida.

Rapture | Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora