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Un beso no iba a ser suficiente para callar las voces en nuestras cabezas que nos decían que debíamos olvidarnos de todo, jamás lo era. Hubo un antes de Eddie y un después de él, pero no podía olvidarme del durante. Él no había sido mi primer beso ni el último. A pesar de que siempre habíamos sentido cosas, nos había costado mucho poder admitirlo, éramos amigos. A Eddie no le había costado tanto como a mí, yo no lo veía como un chico del cual podía enamorarme, pero con el paso del tiempo me di cuenta que lo había amado desde pequeña.

Eddie es un par de años mayor que yo y ese había sido un gran problema al inicio de nuestra relación, ninguno de los dos quería tener problemas, así que tratábamos de hacernos los tontos con lo que nos pasaba. Pero, llegó un punto de nuestras vidas que ya no podíamos disimularlo más. Esperamos hasta que yo cumpliera los dieciocho años para darnos nuestro primer beso, y me alegraba haberlo hecho de esa forma, porque ya no sentía la culpa de estar enamorada de un chico más grande. Era libre de vivir el amor que sentía por él, aunque este no haya durado mucho.

Todo el mundo, en especial nuestros amigos, nos preguntaban por qué nos habíamos separado y la verdad era que no había una razón clara; por lo menos para Eddie. Él se había pasado los últimos meses de nuestra relación concentrado en las prácticas de Corroded Coffin, lo cual me parecía genial porque tenía mucho fueron, estaba segura que serían tan famosos como Iron Maiden o Metallica; no era eso lo que me había molestado de él. No me gustaba admitir que era una persona celosa, porque consideraba que los celos solo hacían daño y absorben toda la energía que podíamos tener, pero lo era. El día de la trágica muerte de Chrissy Cunningham no había sido la primera vez que ellos dos se habían visto en el bosque. El año anterior luego de una pelea que había tenido con Eddie, él se escapó a los bosques para fumar marihuana porque decía que eso lo relajaba, mientras que yo aseguraba que eso solo lo ponía paranoico. Fui detrás de él para convencerlo que no lo hiciera porque si en el instituto llegaban a olerle la ropa, lo iban a suspender y él no necesitaba meterse en más problemas, la idea era que se graduara ese año. Cuando llegué al bosque vi algo que me preocupó.

Chrissy estaba llorando, no sabía cuál era la razón, pero ella estaba mal por algo. Esperaba que haya sido porque no le había salido algún truco en sus prácticas de porristas o que se haya peleado con Jason por no querer alquilar la misma película que todos los fines de semana, y no por sus problemas con el peso. Ella no lo admitía ni pedía ayuda, pero yo sabía que ella tenía ese tipo de problemas, la había escuchado en el baño de la escuela un par de veces. Me daba pena, pero las veces que pregunté si podía ayudarla, ella simplemente se negó.

Eddie estaba abrazándola y limpiando sus lágrimas. Entendía que él fuera amable con ella porque estaba pasando un mal momento, pero era su mirada la que me daba inseguridad. Él la miraba con los mismos ojos que a mí y eso hizo que mi interior se retorciera. No quería pensarlo, pero las imágenes eran claras, él sentía cosas por ella y mis sospechas eran ciertas. Él jamás había superado su enamoramiento por ella desde el show de talentos de la escuela.

Él estaba tratando de hacerla sonreír y siempre lo lograba. Esa había sido mi señal para dejarlo ir, porque sabía que no podría competir con ella y tampoco quería hacerlo, jamás pelearía con una chica por la atención de un hombre.

—Ana, ¿estás bien? —preguntó Eddie, mientras me acariciaba el rostro— ¿Te estoy haciendo daño?

Negué con la cabeza al apartarme de él. Eddie notó que me alejé y la expresión de su rostro cambió porque no entendía mis razones para alejarme de él. Pero pude ver en sus ojos que se estaba imaginando algo que no era. Su mente le estaba diciendo que no lo quería tener cerca porque era vampiro y todo lo relacionado a la leyenda de que su especie nos odiaba y quería aniquilarnos. Aunque la verdad era que no quería ser una obra de caridad, él no me quería más y no deseaba que me besara por lastima, porque sintiera que sus besos me iban a hacer sentir mejor.

Rapture | Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora