𝐂𝐚𝐦𝐚 𝐕𝐚𝐜𝐢𝐚 : ᵈᵘᶜᵏᵒ : FINALIZADA ✅✅

↷✦; 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮𝗇𝖼𝖾 ❞

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— Nuestro bebé está muy sano, y se que apenas tiene dos meses, pero quiere que nazca ya. — Matias canturrea feliz, viniendo de la cita con el ginecólogo junto con Campos. — Quiero tenerlo conmigo para cantarle una dulce canción de cuna y así hacerlo dormir. — anunció, simulando que tenía a su bebé entre sus brazos, al cual mecía lentamente.

— Yo también quiero que nazca ya. — Tomás responde, cargando sorpresivamente al otro, que ríe suave por la acción. — Ya quiero verte con el vientre grande, tan grande que no puedas moverte. — dijo, no siendo algo tan agradable para Spallatti.

Pero como aquel estaba en la misma burbuja que el Alfa, todo lo que salió de los labios de Tomás estaba bien para él.

— Pero también estaba pensando en tomar unas vacaciones con vos, ir a una playa del Caribe y broncearnos juntos. — Campos dice, llevando al otro a su despacho.

— Eso me encantaría. — Spallatti responde, recostando su cabeza en el pecho del Alfa. — Mi vida es perfecta cuando te tengo a mi lado, y quiero estar con vos para siempre. — declara, complaciendo enormemente al mayor.

Que al entrar al despacho, lo recuesta sobre el escritorio, abriéndole un poco las piernas a Spallatti, que ríe juguetón por la acción.

— Entonces pienso darte muchos pero muchos hijos, porque así no podrás irte de mi lado. — Campos confiesa, besando con hambre y ganas los labios de Matías. Quien empieza a gemir por el contacto de sus labios con los del contrario.

— S-si. — dijo agitado. — Yo quiero muchos hijos, quiero que me des muchos cachorros. — indicó, siguiéndole el hilo a Tomás, que pasa a besar su cuello, dejando evidentes chupones por todo ese sector.

— Pero para eso tengo que follarte, aunque no me quejo, porque me encanta ver tu carita cuando te hago llegar al orgasmo. — Tomás dice, empezando a soltar su aroma para cautivar más a Spallatti, que corresponde también con un poco de sus feromonas.

Haciendo que el ambiente se vuelva envolvente y excitante.

Siendo demasiado bueno para ser verdad.

Demasiado bueno.

— ¡Señor Campos! ¡Señor Campos! — alguien entra rápidamente al despacho, haciendo que Spallatti y Campos dejen lo que estaban haciendo.

— Por un demonio, ¿Que maldita manía tienen con interrumpir? — Tomás se queja molesto, esperando escuchar una buena excusa para tal situación.

— Es una emergencia, señor. — el contrario le responde a Campos, que solo lo ve serio.

— Habla.

— El señor Lombardo y Spallatti acaban de llegar con otras personas, y ninguno parece tener buenas intenciones. — el recién llegado informa agitado y nervioso.

— ¿Y qué mierda quieren esos? — Tomás preguntó.

Queriendo creer, que todo se debía a esa estúpida reunión a la cual Paulo lo había citado, sin revelarle exactamente el motivo de la cita.

Y no lo que evidentemente estaba pasando.

— Nosotros mismos podemos explicarte lo que pasa. — Mauro declaró, habiendo seguido junto con los demás al subordinado que los había anunciado con Campos.