En la corriente

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El agua amortigua los sonidos de la superficie. Todo se escucha lento. Pesado. Lejano.

Aquí abajo llegan algunos rayos de sol, pero no me atrevo a abrir los ojos por miedo a lo que pueda ver. ¿Miedo a lo desconocido?

No. A esta sensación la conozco muy bien. Conozco el momento posterior a abrir los ojos, cuando el agua desaparezca y escuche tu voz pidiéndome que te siga. Pero, aunque lo intente, sé que no voy a poder alcanzarte, porque te alejas lentamente incluso si me esfuerzo en correr.

Porque ya me desperté.

La casa encierra ecosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora