El agua amortigua los sonidos de la superficie. Todo se escucha lento. Pesado. Lejano.
Aquí abajo llegan algunos rayos de sol, pero no me atrevo a abrir los ojos por miedo a lo que pueda ver. ¿Miedo a lo desconocido?
No. A esta sensación la conozco muy bien. Conozco el momento posterior a abrir los ojos, cuando el agua desaparezca y escuche tu voz pidiéndome que te siga. Pero, aunque lo intente, sé que no voy a poder alcanzarte, porque te alejas lentamente incluso si me esfuerzo en correr.
Porque ya me desperté.
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La casa encierra ecos
Historia CortaEl encierro que trajo el 2020 fue la oportunidad perfecta para escuchar mejor a las historias que, tales como el eco, rebotaban en las paredes de mi casa, escapándose de mi mente. Historias que ahora están reunidas en este ¿libro? No son todas, clar...