Capítulo 9

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Ambos jóvenes continuaban mirándose el uno al otro sin decir ni una sola palabra. Victoria sentía que quería gritarle, golpearlo por nunca haber dicho que era lo que en verdad hacía. Daniel lo único que quería era salir corriendo, sabía que jamás podría volver a ver a la chica a la cara después de esto, así que lo mejor era no decir nada y huir, por lo que dio un par de pasos hacia la ventana, acto que la joven captó.

—No pienses en huir, Daniel. Debes tomar responsabilidad de tus actos. —dijo tomándolo del brazo, el chico la miró sin decir nada y sacudió el brazo para soltarse de su agarre. Ella intentó agarrarlo con más fuerza, ambos comenzaron un ligero forcejeo, el cual se hizo más intenso cuando se comenzaron a escuchar las voces de personas que se acercaban a donde estaban ellos.

—Lo lamento, Victoria. —Se disculpó Daniel antes de soltarse violentamente de su agarre para salir corriendo por la ventana. La joven solo pudo ver como el chico huía antes de ver pasar a un oficial a su lado, el hombre llevaba su arma desenfundada y apuntando a la figura que huía, disparo, dando en el blanco. Victoria miró con horror como Daniel trastabillaba por haber recibido el impacto, aun así no detuvo su carrera y continúo corriendo hasta perderse de vista.

—Victoria. Hija ¿Estás bien? —preguntó su progenitor acercándose a ella, quien solo asintió mirando enojada al oficial.

—¿Por qué hizo eso? Pudo haberlo matado. —cuestionó, el aludido solo la miró y sin darle mucha importancia a ese asunto guardó su arma.

—No se preocupe, señor Montemayor, estando herido será más sencillo dar con su pista. Inmediatamente pondré a varios hombres a buscarlo. —mencionó ignorando por completo a la joven.

—Gracias, oficial, espero que lo atrapen pronto. —El oficial asintió saliendo del lugar por lo que la atención de sus progenitores se dirigió a Victoria—. Hija, seguramente estás muy asustada por lo que ocurrió hoy. No te preocupes, ellos encontrarán al culpable, por lo tanto, deberías ir a descansar. Seguramente mañana tienes que ir a tu agencia.

La chica obedeció como una autómata, sin embargo, no pudo conciliar el sueño, cada vez que cerraba los ojos el rostro de Daniel aparecía en su mente, junto con el momento del disparo.

—Deja de pensar eso, Victoria. Él solo es un delincuente que te engañó y mintió todo este tiempo, deja de estar preocupada. —Se regañaba mentalmente, no merecía la pena pensar en su bienestar, aun así, antes de notarlo, ya estaba saliendo de casa con dirección a la vivienda del muchacho, tenía que asegurarse de que estaba bien. Hablar acerca de lo que había sucedido tendría que esperar.

Después de salir huyendo de esa casa y recibir ese disparo en el brazo, Daniel caminaba con dificultad hacia el punto de encuentro con Teo, este al verlo mostró una sonrisa de alivio, la cual cambió rápidamente al ver el estado del joven.

—Estás herido. ¿Qué mierda ocurrió? —preguntó sujetándolo ya que parecía que su amigo en cualquier momento caería al suelo.

—Me dispararon. No vi quien lo hizo, pero fue de dentro de la casa. —respondió con dificultad, lo que había sucedido en esa casa continuaba rondando por su cabeza, el hecho de que Victoria se enterara de quién era en realidad, le lastimaba más que la herida en su brazo.

—Debemos ir a un hospital.

—Olvídalo, eso causaría sospechas. Seguramente ya le avisaron a la policía, ir solo les daría nuestra ubicación fácilmente. Vamos a casa, estaré bien. —El menor lo miró preocupado, aun así, asintió a sus palabras y ambos chicos se dirigieron a su hogar, después de unos minutos llegaron a su destino. Daniel lucía más pálido en cada paso que daba, por lo que Teo comenzó a alarmarse, rápidamente dejó al mayor sobre la cama.

De Buena y Mala FamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora