De Buena y Mala Fama

Capítulo 10

—Y pues, básicamente eso fue todo por lo que tuve que pasar para poder debutar en el grupo. —Terminó de contar la joven. Ambos se encontraban sentados en la cama con sus espaldas recargadas en la pared, sus manos estaban entrelazadas mientras hablaban.

—Vaya, no creí que fuera tan difícil poder pertenecer a un grupo. Bueno, honestamente jamás me había parado a pensar en eso, pero todo eso hace que me sienta orgulloso de ti. —mencionó Daniel mirando a la joven con una sonrisa. Aún lucía algo pálido por la pérdida de sangre y tenía un poco de fiebre, pero eso no le impedía disfrutar de la compañía de Victoria.

—Fueron tiempos difíciles, sin embargo, cuando miro hacia atrás me doy cuenta que ha valido la pena, a pesar de los problemas más recientes que tuvimos.

—¿Qué es lo que ha ocurrido? —cuestionó el joven mirando como el semblante tranquilo de la joven cambiaba a uno triste.

—Cuando debutamos éramos 6 chicas. Estábamos felices y pensábamos que estaríamos juntas hasta el final, pero hace algunos meses nos enteramos que nuestra líder tuvo un problema con otra de mis compañeras y esta terminó dejando el grupo. Fue un golpe duro para todas nosotras.

—Eso suena difícil, debiste haber estado muy deprimida por ello. —Daniel apretó más la mano de la chica para darle a entender su apoyo.

—Lo estuve y no ayudó en nada que ese mismo día alguien me salvara de ser atropellada, arriesgando su vida. —contó Victoria con una mirada cómplice, el joven la miró confundido hasta que entendió a qué se refería.

—Ahora entiendo el que hayas cruzado la calle sin prestar atención. Entonces debo disculparme por haber hecho que te preocuparas aún más.

—¿De qué hablas? Si no me hubieras ayudado, no nos hubiéramos conocido, y créeme que eso no me gustaría nada. —Ambos jóvenes soltaron sendas risas las cuales cesaron cuando la puerta de la entrada se abrió entrando por ella, Teo.

—Veo que han hablado. —mencionó al verlos juntos.

—Teo, a partir de ahora dejaremos atrás nuestra antigua vida, seremos ciudadanos honestos, ¿Estás conmigo? —sugirió el mayor mirando a su amigo con emoción, el menor lo miró por un momento antes de chocar los puños con Daniel.

—Hasta el fin, pero ahora tendremos que trabajar sin descanso si queremos pagar esa estúpida deuda. Porque supongo que querrás devolver eso a su dueño, ¿verdad? —Daniel miró de reojo a Victoria, después de todo había sido a su padre a quien habían robado, cosa que Teo aún no sabía. Por otra parte, estaba algo asustado. Si no llevaban esos papeles su jefe aumentaría la deuda y tal vez le propiciaría un gran castigo físico, sin embargo, no quería decepcionar a la chica cuando apenas había recuperado su confianza.

—Lo regresare. Si queremos cambiar, tendremos que comenzar desde ahí. No te preocupes por ello, Teo. Yo me encargaré de lidiar con el jefe. —mencionó tratando de sonar seguro de sí mismo, el menor lo miró tratando de ver algo de duda en su rostro, pero al no lograrlo le ofreció una gran sonrisa.

—De acuerdo, confiare en ti y como se ve que quieres comenzar de inmediato a ser una persona de bien, iré yo a devolver eso, ¿de acuerdo? —Sin esperarse a escuchar una respuesta Teo salió de la casa con la mochila sobre sus hombros volviendo a dejar a los dos jóvenes solos en la casa.

—¿Estás seguro de eso? No me gustaría que te metieras en problemas por no llevarlo. Teo me dijo que, si lo entregaban, el hombre que los amenaza dejaría de hacerlo. —cuestionó Victoria preocupada, el joven la miró sujetando su mano.

—Estaremos bien, tenía que comenzar por eso si quiero cambiar. No te preocupes por lo demás, podré arreglármelas. —La joven lo abrazó con fuerza cuidando de no lastimarlo.