Capítulo 21

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Ajenas a lo que había ocurrido en el sótano del recinto donde acababan de presentarse, las integrantes de NEEMO comenzaban a preocuparse por la ausencia de su integrante más joven, debía regresar pronto para no levantar sospechas con sus managers y la gente de seguridad, quienes creían que Victoria se encontraba en los sanitarios.

—Prepárense chicas, nos vamos en treinta minutos. —asomó por la puerta de la sala de espera uno de los managers desapareciendo de inmediato.

—¿Dónde rayos está Vicky? Dijo que volvería de inmediato. —exclamó Raquel nerviosa comenzando a dar vueltas por toda la habitación.

—Debemos ir a buscarla. Andrea, a ti te dijo donde iba a encontrarse con el chico, acompáñame. —dijo la líder del grupo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta, la morena fue tras ella recordando el lugar donde Victoria le había indicado que se encontraría con el joven.

—Seguramente no es nada, solo perdió la noción del tiempo. —señaló Andrea caminando al lado de la líder. Trataba de sonar tranquila, pero sabía, al igual que Mariana, que la menor no solía hacer eso. Llegaron a su destino encontrándose con el lugar desierto a excepción de una figura que estaba dando vueltas por el lugar.

—Oye tú, ¿Qué haces aquí? —cuestionó con brusquedad la líder de NEEMO sobresaltando a la figura, ambas chicas causando que el chico abriera la boca en sorpresa total al reconocerlas.

—Lo lamento, solo estoy buscando a mí amigo, pero el lugar está desierto. —respondió Teo tratando de no tartamudear, al mismo tiempo que les mostraba el estacionamiento vacío.

—¿No están aquí? Eso no es bueno, Victoria no es alguien que se iría sin avisar. —dijo Andrea comenzando a preocuparse.

—Tampoco Daniel, por eso estoy tratando de encontrar algún indicio de lo que ocurrió aquí.

—Busquemos los tres, así puede que los encontremos más rápido. —señaló Mariana, los dos jóvenes asintieron mientras se separaban para buscar. No fue sino hasta diez minutos después que la voz de Andrea los convocó a una de las esquinas remotas del lugar.

—Creo que encontré algo.

—¿Eso es sangre? —preguntó la mayor temiendo la respuesta. Teo se agachó para examinar la mancha, después de todo tenía experiencia con la sangre. De inmediato la imagen del señor Mora llegó a su cabeza, ese hombre siempre encontraría la manera de hacerles la vida imposible, por lo que tal vez él haya estado detrás de esto.

—Es sangre. —respondió mirando a las dos mujeres—. Creo que están en problemas.

—¿Estás implicando que alguien los secuestro? —cuestionó Andrea con voz temblorosa.

—Sí, y tengo una sospecha de quien lo habrá hecho. Nadie más nos odia tanto como él. —respondió Teo tratando de no mostrar el miedo que sentía, aunque sabía que el mafioso no era alguien que dejara ir a sus víctimas.

—Debemos ir a ayudarlos. —exclamó Mariana con urgencia.

—Lo haré.

—También nosotras iremos. —saltó Andrea con el apoyo de la líder del grupo.

—Esto será peligroso. —razonó Teo—. El señor Mora no es alguien a quien se deba tomar a la ligera y no podemos dar aviso a las autoridades o puede que los mate.

—Con más razón debemos ir, no creo que tú solo puedas con eso.

—De acuerdo. Si están seguras de involucrarse en esta situación, hay que reunirnos en esta dirección en una hora. —comenzó a decir el moreno al mismo tiempo que les tendía su teléfono para que pudieran ver la información—. Mientras tanto creo que tendrán que pensar en alguna excusa para que nadie entre en pánico por la ausencia de Victoria.

De Buena y Mala FamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora