Capítulo 12

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Una semana después de la visita al hogar de ambos jóvenes, Victoria se encontraba vuelta loca preparando la comida ya que Daniel la visitaría esa noche para cenar con ella y las demás chicas, la joven se encontraba dando vueltas por todo el lugar arreglando hasta el mínimo detalle. A pesar de contar con personal de limpieza, la chica había decidido tomar el asunto en sus propias manos.

—¿Ya dejó de dar vueltas por la casa? —cuestionó Natalia asomando la cabeza desde su habitación, parecía que se encontraba castigada, eso debido a que la menor le había pedido quedarse ahí hasta que terminara la limpieza.

—No creo, pero necesito salir. Tengo hambre. —Respondió Raquel mirando el pasillo que dirigía hacia su destino.

—También yo, pero si nos ve caminando por su impecable piso, nos matara. —Mencionó su compañera recordando las veces que la menor del grupo se había molestado con ellas.

—Si hubiera estado en mí habitación con Raquel, ni siquiera me estaría quejando. —Señaló Mariana desde el cuarto que pertenecía a Victoria y Andrea, había quedado atrapada ahí debido a que se encontraba hablando con su compañera de grupo al mismo tiempo que la menor había comenzado con la limpieza.

—Aún estoy molesta contigo. —respondió la aludida sin poder ocultar un sonrojo en su rostro.

—Como sea. Honestamente, sigo pensando que todo esto es una mala idea, si el presidente se entera de esto... —Mariana compartió sus temores desde la puerta de la habitación, desde que su amiga le había contado la idea de invitar al joven a cenar un sentimiento de temor había penetrado profundo en la mayor.

—No lo sabrá y si, llega a escuchar un rumor de un chico cenando en nuestro departamento, podríamos decir que fue el novio de Andrea. —mencionó Natalia tratando de tranquilizarla—. Además, no puedes decir que no tienes curiosidad de saber cómo es ese chico.

—Claro que me interesa, tenemos que ver si es una buena persona.

—Bueno, la salvó de ser atropellada, seguramente es buena persona. —interfirió en la conversación Raquel asomando su cabeza desde su habitación. Las chicas continuaron hablando desde sus lugares por algunos minutos hasta que Victoria volvió a su habitación.

—¿Ya está todo? —cuestionó Raquel con ilusión, la aludida solo asintió, por lo que la joven soltó un grito de emoción y salió rápidamente de ahí. La menor del grupo entró a su habitación dejándose caer en su cama.

—Es la primera vez que te veo actuar así por alguien que viene a cenar. —señaló Andrea desde su cama. Mariana ya había salido de ahí para irse a la sala de estar.

—Quiero qué tenga una buena impresión de nuestro hogar, pero creo que exagere un poco. —respondió Victoria olvidando la comodidad de su cama para ir hacia el armario y encontrar algo que vestir. En ese momento sonó el timbre del departamento por lo que la joven miró hacia donde provenía el sonido sintiendo como los nervios volvían a ella, sobre todo al escuchar la voz de Natalia anunciando que abriría.

—No te preocupes, iré con ellos para asegurarme que no avergüencen demasiado al chico. —tranquilizó la morena levantándose de su cama y yendo a la sala, donde se encontró con todas sus compañeras mirando al recién llegado, quien se veía visiblemente nervioso—. Tu eres Daniel, ¿cierto? Gusto en conocerte. Mi nombre es Andrea.

—Mu...mucho gusto, Andrea. Victoria me ha hablado mucho de ti. Bueno, de todas en realidad. —dijo el joven mirándolas, sentía como las manos le sudaban, desde que había salido de su casa sentía como los nervios lo carcomían.

—Ella también nos ha contado muchas cosas de ti, así que en primer lugar me gustaría agradecerte por haber salvado a nuestra amiga ese día. —habló Mariana acercándose, lo veía con tanta atención, que el muchacho comenzó a temer que notara aquellos golpes que aún no desaparecían por completo.

De Buena y Mala FamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora