Capítulo 22

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—No puedo creer que mi padre alguna vez haya hecho negocios con ese sujeto. —dijo Victoria al mismo tiempo que trataba de librarse de las ataduras que restringía sus movimientos. Daniel miraba a sus alrededores intentando recordar donde se encontraban.

—El señor Mora es experto en hacer creer que sus negocios son legítimos, tiene comprada varia gente del gobierno y la policía para que jamás se le involucre con negocios sucios. —mencionó el chico ganando la mirada de Victoria quien se percató de que aún continuaba sangrando del golpe en la cabeza.

—Daniel, ¿estás bien? Continúas sangrando.

—Duele, pero estaré bien. Debo estarlo si quiero sacarte de aquí. —respondió Daniel reconociendo algunos detalles del lugar—. Se dónde estamos, estuve aquí una vez cuando comencé a trabajar para él. En una bodega cerca del aeropuerto.

—¿Podríamos captar la atención de la policía? ¿O alguien cercano? —sugirió la joven encontrándose con la negación del joven frente a ella.

—Es inútil, la mayoría de bodegas alrededor están abandonadas. Además, es seguro que haya más gente del señor Mora.

—¿Y qué haremos?

—No lo sé.

Los dos jóvenes se sumieron en sus pensamientos tratando de huir de la realidad que comenzaba a sofocarlos.

Al otro lado de la ciudad, Andrea conducía un auto rentado dirigiéndose a uno de los puntos en los que esperaban su mejor amiga se encontrara. Mariana, por otra parte, se encontraba haciendo varias llamadas por teléfono hacia su manager y su jefe para evitar que la noticia del secuestro de la menor de NEEMO no saliera a la luz y causara pánico entre sus fans y compañeros de la empresa.

—No tuve más opción que decirles que Victoria huyó con Daniel. Está furioso, claro, pero es mejor eso a que lleve la alarma a la policía y ponga en riesgo la vida de los dos. —Explicó la líder del grupo justo después de colgar el teléfono. Teo no estaba muy de acuerdo con esa mentira, ya que significaba que, una vez los rescataran, su mejor amigo tendría casi imposible el reunirse con Victoria— ¿A dónde estamos yendo?

—El señor Mora tiene un par de escondites por la ciudad. Será un proceso lento, pero debemos revisarlos todos. —respondió el joven de cabello negro.

—¿Cómo sabremos cual es? —cuestionó Andrea sin despegar la vista del camino.

—Tiene un par de matones que lo siguen a todas partes, donde estén ellos, estará el señor Mora. Supongo que ustedes no saben disparar un arma, ¿verdad?

—¿Crees que llegaremos hasta ese punto? —preguntó Mariana con algo de temor, por toda respuesta Teo sacó dos armas que llevaba en su mochila. Colocó una en su regazo mientras revisaba y cargaba la que tenía entre sus manos.

—Si llegamos a enfrentar problemas quédense detrás de mí. Trataré de protegerlas lo más que pueda.

—Yo sé cómo disparar un arma. —reveló Andrea haciendo que ambos jóvenes la miraran con sorpresa, por lo que continúo explicando—. El año pasado mientras buscaba un nuevo pasatiempo me encontré con un campo de tiro y desde entonces asisto cuándo tengo tiempo libre.

—¿Cuándo pensabas decirnos sobre eso? —exigió saber Mariana con algo de molestia.

—Creo que puedo mantener algo sobre mí persona en secreto, ¿no crees?

—Atentas, estamos a punto de llegar al primer posible escondite. —señaló Teo sugiriendo a Andrea bajar la velocidad del auto y aguantando la respiración por lo que pudiera ocurrir de ahora en adelante.

De Buena y Mala FamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora