Y ahí empezó su lucha salvaje. No recuerdo haber visto luchar a David de esa manera y menos contra Casandra. Yo intenté levantarme del suelo, pero cada vez que lo lograba, Casandra con otro chasquido me tumbaba de nuevo mientras luchaba con David. Había que reconocer que era fuerte y poderosa. En un momento dado, David estaba en el suelo sin moverse, me acerqué a él porque Casandra me dejó. Estaba ella ahora más pendiente de mi hijo que de nosotros. Mentalmente llamé a Tom para pedirle consejo a la familia y a él. Me dijo que le diera una gota de mi sangre a David para poder despertarlo y que intentaría avisar a la Gran Sacerdotisa y a Gabriel. Se lo agradecí enormemente e hice lo que me aconsejó. Me mordí la muñeca para que sangrase lo justo y necesario y cayese en la boca de David. Abrió los ojos al momento y me miró fijamente mientras escuchábamos a Casandra hablar con nuestro hijo de que sería un proceso indoloro, que no notaría nada y que una vez acabado ese proceso no recordaría nada, simplemente dejaría de existir. Me giré para ver que nuestro hijo estaba tumbado e inmovilizado en una mesa de piedra y estaba a punto de comenzar el ritual una Casandra que, ahora me percataba, estaba en un estado muy avanzado de embarazo. Cuando estaba distraída aproveché y cogí un puñal que tenía escondida en mi pierna derecha, me armé de valor para atacarle por sorpresa y se lo clavé en toda la barriga ya que le vino tan de nuevo que yo atacase que no le dio tiempo a reaccionar. Cuando se lo clavé en toda la barriga dije que era por el daño causado a toda nuestra familia y acto seguido de nuevo me embistió contra la pared. David la atacó de nuevo y también salió despedido contra la pared. Menos mal que llegaron la Gran Sacerdotisa y Gabriel con alguien más que no pude reconocer hasta que se me acercó. Era Claus y nos ayudó a levantarnos mientras la Gran Sacerdotisa luchaba contra Casandra y Gabriel liberaba de las ataduras a Ángelus. Apareció también la verdadera Cleo, su espíritu, para ayudarnos. Nos dijo que dijéramos un conjuro los cuatro mientras la Gran Sacerdotisa luchaba para ayudarla a vencer.
-Gran Sacerdotisa te damos nuestra fuerza y nuestro poder para que puedas acabar con el mal, con Casandra -dijimos a la vez Ángelus, Claus, David y yo- Que tu poder se multiplique para poder alejar al mal de nuestras vidas.
Lo recitamos varias veces hasta que la Gran Sacerdotisa, tras un destello de luz blanca, derrotó aparentemente a Casandra. Hubo una onda expansiva que recorrió toda la cueva, haciendo que saliéramos tan rápido como pudimos, y la entrada de la cueva se derrumbó ante nuestros ojos. La guarida de Casandra se convirtió en su tumba temporalmente, o al menos de su cuerpo físico, ya que no se puede matar a alguien todopoderoso para la eternidad.
-La tierra está temblando todavía -dije mientras sujetaba instintivamente a Ángelus- ¿Cómo saldremos de aquí? La Gran Sacerdotisa se ha ido sin más.
-Mamá yo os puedo llevar uno a uno para que sea más sencillo -se ofreció Gabriel, pero le duró unos segundos- Ay no, lo siento, me he de ir volando, me necesitan en otro lado. Pero hay un hechizo que podéis hacer para volver a casa, al castillo. Lo importante es que mientras lo recitéis pensad en el castillo, porque el hechizo se guiará por vuestros pensamientos.
Cuando se fue, recitamos el conjuro los cuatro y cuando empezamos a sentir como nuestros pies despegaban del suelo, cerré los ojos mientras pensaba en nuestro hogar. Cuando los abrí, estábamos Claus y yo entre escombros. Nos quedamos mirándonos uno al otro, incrédulos ante la visión de nuestra antigua casa destruida.
-Pensé en casa y hemos llegado aquí, a nuestra casa. Hay que avisar a David y saber que están bien ellos Claus -dije caminando junto a él sobre los escombros- Quedó todo completamente destruido...
-No has sido la única que pensó en la cabaña Alice, yo también. Fuimos tan felices aquí hasta que... -dijo parándose y sin acabar la frase para recoger algo de entre los escombros- Mira, después de tantos años pensando que se destruyó por la batalla que hubo aquí y está entero, un poco sucio, pero todavía te servirá y si quieres lo puedes llevar aún. Es el anillo de compromiso que te regalé.
ESTÁS LEYENDO
Príncipe Oscuro
VampireAlice se ve inmersa en un mundo nuevo desconocido para ella. Debido a un caso viaja a Roma y conoce a Claus, tendrán una apasionada historia llena de amor pero también de momentos críticos. "-Ven conmigo-dijo al dirigirse a su habitación y le seguí...