Parte 28

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-Disculpad los dos por haber gritado -dijo sin parar de abrazarme y acariciarme la cara- Eres mi debilidad cariño y no soporto verte mal.

Lo sé cariño -dije agradecida de sentirme protegida- David no sé lo que tardaré en volver a tus sesiones, lo de hoy ha sido demasiado...doloroso.

-Tranquila, lo daba por hecho -dijo serio- Mientras tanto estudiaré otras formas para poder ayudarte y hablaré con Paz ya de paso.

Claus me acompañó a nuestra casa para comer juntos. No tenía mucha hambre, pero de todas formas comí para que pudiera respirar tranquilo. Le pregunté sobre los asuntos pendientes, Casandra, etc. No había novedades lo que resultaba raro y muy peligroso. Nos sentamos en el sofá, él leyendo el periódico y yo a leer un libro hasta que nos quedamos dormidos, primero fue él y yo después. Soñé con Minerva que estaba muy feliz hasta que me dijo ella misma que me despertase que Claus me necesitaba y no se equivocaba. Claus se había caído del sofá y su cuerpo se retorcía. Intenté despertarle pero cuando me acerqué me dio un manotazo que me hizo caer y darme de morros contra el suelo. Me levanté como pude y tragué saliva, tenía gusto a sangre.

-¡Claus despierta de una vez! -dije gritando para que abriera los ojos- ¡Soy Alice cielo!

-¿Qué pasa? ¿Por qué gritas? -dijo él como si no hubiese pasado nada- ¿Estás bien cielo?

-Cariño te estabas retorciendo, no sé qué soñabas -dije mientras veía como le cambiaba la cara al ver mi sangre- Esto has sido tú cuando he intentado despertarte. Lo has hecho sin darte cuenta cielo, tranquilo.

Se levantó y fue hacia mí. Me abrazó con dulzura mientras me susurraba que me quería y que sentía el daño que me había ocasionado, después me besó como si no hubiese un mañana, con pasión y con dulzura a la vez.

-Amor mío hacía mucho tiempo que no me besabas de esta manera -dije recobrando el aliento- Pero sigo preocupada por ti cielo.

-No te preocupes, habrá sido una pesadilla quitando importancia a lo que había ocurrido- Hablaré con Dante y con David si así estás tranquila.

Pasó el resto del día rápidamente sin sustos nuevos. Nos fuimos a dormir y cuando Claus se iba hacia el salón para dormir en el sofá, le pedí que durmiera conmigo de nuevo y, si era posible, el resto de noches. Era un gustazo dormir abrazada a él, me hacía sentir seguro y protegida.

Abrí los ojos poco a poco a la mañana siguiente y empecé a estirar mi cuerpo. Me giré para ver si estaba Claus, para mi decepción no estaba y en su lugar había una nota escrita de su puño y letra:

"Mi pequeña y dulce Alice,

No resulta fácil decir lo que a continuación te diré, pero he de hacerlo si quiero protegerte.

Alice si sigo a tu lado acabaré haciéndote daño, más del que ya te he hecho y no puedo consentirlo. Todavía no se ha cumplido tu visión de que Margaret vuelve y nos embruja a David y a mí, pero ocurrirá y antes de que pase, me alejaré de ti para no dañarte ni que te pueda dañar ella a ti mi princesa. Te juro que si vuelve la mataré con mis propias manos antes de que pueda tocar uno solo de tus hermosos cabellos.

Esto no es un adiós sino un hasta pronto y nunca olvides que te amo, que eres mi vida y mi alegría. Gracias a ti he vuelto a vivir princesa.

Tu príncipe oscuro que siempre te amará.

Claus"

Cuando la acabé de leer miles de lágrimas salieron de mis ojos. Claus se había ido para protegerme. En un acto reflejo llamé a David y se lo conté en cuanto vino. Tampoco sabía de sus intenciones. Nadie sabía nada por lo visto.

Príncipe OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora