Parte 21

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-¿Qué ocurre cariño? -dijo Claus mirándome con cara de preocupación- ¿Otra pesadilla de Marcus?

-Una pesadilla sí, pero no de Marcus precisamente -dije enterrando mi cara entre su cuello y su hombro para que no viera mis lágrimas- He soñado que David me decía que lo sentía por tu...muerte...

-Tranquila cariño -dijo acariciando mi cabello suavemente- Ha debido ser horrible y ahora entiendo el grito que has dado.

-Cariño, ¿puedes hacerme tuya de nuevo? -dije sorprendiendo a Claus- Necesito olvidar ese sueño y contigo es la única forma de conseguirlo...

-Cielo siempre es un placer conceder tus deseos -dijo Claus empezando a acariciar mi espalda- Como si tenemos que pasarnos la noche así...

Nos besamos de una forma en la que hacía mucho tiempo que no nos besábamos. Necesitaba sentirlo para olvidar lo que había visto en ese maldito sueño, necesitaba olvidar todos los problemas que se iban acumulando. Claus lo sabía y por eso me concedió todo lo que le pedí esa noche. A la mañana siguiente estábamos agotados, si dormimos dos horas como máximo fue un milagro, después de habernos unido una o dos veces más, nos quedamos hablando hasta tarde. Antes de desayunar nos fuimos a duchar, cosa que hicimos juntos. Claus todavía tenía la marca dónde lo habían apuñalado.

-Claus en la ducha me he fijado en que la cicatriz la tienes más visible -dije sin encontrar la palabra adecuada- No sé si me entiendes...

-Cariño te he entendido -dijo pasándome una taza de café y cogiendo otra para él- Me dijo Dante que no me preocupase, que hay ciertas cicatrices que se ven más que otras, aunque la mayoría se quitan, desaparecen, pero esta se ve que es especial.

-¿Seguirás con la búsqueda? -dije preocupada de su cansancio- No te he dejado dormir casi nada hoy y se te ve cansado cielo...

- No te preocupes cariño, estoy bien -dijo limpiando su taza y medio riendo- Nadie se ha muerto por estar con su esposa toda la noche.

-Casi me haces atragantar...-dije riéndome a carcajada limpia- Te quiero mi amor y ves alerta. Tengo un mal presentimiento...

-Tranquila mi vida -dijo abrazándome y besándome dulcemente- Yo también te quiero princesa.

Cuando se fue Claus, al cabo de media hora fui a dar una vuelta por el jardín artificial. Siempre me gustaba ir allí para calmar mis nervios. Vi la puerta de la biblioteca abierta y entré. Me encontré a Gabriel estudiando. No le quise molestar, así que cogí un libro sobre cuentos y leyendas sobre vampiros. Era muy interesante, más de lo que yo había llegado a pensar. Una de las veces que alcé la vista para observar a mi hijo, se había levantado y venía hacía donde estaba yo para saludarme. Le quedaba poca distancia cuando se desplomó en el suelo. Al segundo fui rápidamente hacia él, le llamaba, le tocaba...No se movía ni contestaba. Llamé a Dante y cuando llegó a la biblioteca, rápidamente lo trasladó a la enfermería. Mientras le hacía todo tipo de pruebas, yo intentaba ponerme en contacto con Claus, cosa que fue imposible. Se había ido a patrullar con Zeta por lo de Minerva. David se sentó a mi lado en la sala de espera. En un auto reflejo apoyé mi cabeza en su hombro y lloré lo que nunca había llorado en mi vida. Ver a mi hijo caerse inconsciente delante de mí sin poder hacer nada para evitarlo, me dolió en el alma.

-Alice tranquila -susurró David mientras me acariciaba el cabello- Está con Dante.

Pasé toda la noche así, con David a mi lado. Cuando estaba a punto de quedarme dormida vi a Claus acercarse corriendo. Me levanté y nos abrazamos. Menos mal que había llegado, le necesitaba más que nunca. Salió Dante con una cara tenebrosa, más serio que nunca.

Príncipe OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora