Parte 45

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"Querida Alice,

Os deseo lo mejor en vuestra nueva etapa a ti y a toda tu familia. Sé que en el pasado me porté como un imbécil al intentar manipularte para conseguir matar al clan de Claus. No me alcanzará la eternidad para pediros una y otra vez que me perdonéis, aunque si fuese vosotros, no lo haría. Ni si quiera yo mismo puedo perdonar todo lo que os hice.

Verte hoy en la coronación me ha hecho entender que tú eres feliz con ellos y siempre será tu lugar dónde estén ellos. Son tu familia. Por eso, cunado ha pasado lo de Luna y te he visto derrotada y hundida, me ha dolido en el alma. Ver como tu propia hija, sangre de tu sangre, es convertida en piedra por intentar mataros a todos ha debido ser una de las peores cosas que te podrían haber pasado.

Pero estoy convencido de que lo superarás, tú eres muy fuerte, más de lo que te puedas imaginar. Tiempo al tiempo. ¿Recuerdas cuando estábamos entrenando juntos hace tiempo? Me refiero mucho antes de irrumpir en su mundo. Cuando éramos jóvenes y entrenando te hiciste daño en una rodilla y sangraste muchísimo. Te curé y te dije que nunca más iba a consentir que te hicieran daño, ¿te acuerdas del beso inocente? Porque fue el único beso de mi corta vida. No encontré a nadie más que a ti, bofetón incluido de tu parte. Por eso cuando vi lo feliz que eras con Claus me puse celoso y solo quería recuperarte de cualquier manera, fuese como fuese y ese fue mi error, mi gran error. Ahora que estoy muerto me he dado cuenta de la gran amiga que he perdido por mi orgullo y cabezonería.

Tu siempre amigo fiel para la eternidad,

Ángel Ar."

- ¿De qué beso habla? -pregunté mientras Claus se encogía de hombros- Lo de la rodilla es verdad, me acuerdo, pero de ese beso no y es raro porque si le di un bofetón me acordaría...

-A mí también me gustaría saberlo. Quiero saber quién a besado o no a mi maravillosa reina -dijo con su media sonrisa y atrapándome entre sus brazos dulcemente- Eso sí, he de darle la razón en una cosa: eres mucho más fuerte de lo que crees.

-Torres más altas han caído cielo -dije dejándome mimar por él- Y creo que la mía está a punto de hacerlo.

En los días siguientes ayudaba a Tom a buscar a su hija Ágora recopilando toda la información posible sobre sus movimientos y sobre Arthur. La última pista que obtuvimos fue que los habían visto en Londres. ¿Qué demonios estarían haciendo tan lejos del colegio y tan lejos de Italia? Ninguno de los dos lo podíamos entender. Tom se fue hacia Londres mientras a mí no me quedaba otra que quedarme, no quería dejar a Claus solo con su recién estrenado reinado, aunque él mismo me dijera que podía irme tranquila. No tarde mucho tiempo en ir tras Tom, ya que mi marido me rogó que fuera con David a ayudar a Tom. Mientras estábamos en el avión de camino a Gatwick seguía sin entender la razón de la urgencia de Claus por mandarme a Londres con David. Me sentía como si quisiera alejarme de su lado por algún motivo y así se lo di a entender a David. Le pidió unas manzanillas a la azafata y mientras nos las preparaba, me explicó que su hermano se lo pensó mejor y creyó oportuno el que fuera a ayudar a Tom y que me acompañase él en vez de Claus, que no había ninguna razón oculta, al menos que él supiera.

-Me sigue pareciendo raro David. Algo nos está ocultando -dije mientras esperábamos a que salieran nuestras maletas- Llámalo intuición o sexto sentido, pero me da mala espina.

-Tranquila Alice. No habrá ninguna razón oculta -dijo mientras cogía nuestras maletas de la cinta- Ahora lo importante es encontrar a Tom en esta enorme ciudad para poder ayudarle.

-Estará esperándonos en el palacio real de aquí. No me acuerdo cómo se llama -dije mientras caminábamos hacia la salida en busca del metro- o al menos es lo que me ha puesto en el último mensaje.

Príncipe OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora