Capítulo 1: Nuevos miedos.

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No es estrictamente necesario leer Almas Blancas para leer este, pero ayuda y sería conveniente leerlo antes. Espero que os guste mucho.
Me desperté antes de salir el sol con el sonido de las alarmas: un simulacro. Pero no un simulacro de incendios, sino de Oscuros.
Había nacido con el "don" de ser un Alma Blanca, que es un ángel poderoso y con genes humanos y, al cumplir los dieciocho, ya me consideraban apta para jugarme la vida matando demonios, como quien dice. Vivía temporalmente en el Refugio, así que me levanté de la cama y fui a la sala de Reuniones.
-Chicos, no es un simulacro. Es un ataque real- dijo mi padre, que era el jefe de mi sector.
De mi edad eramos cinco: Mario, Aura, Teo, Bea y yo.
-Sr Marat, ¿es seguro?-preguntó cauteloso Mario. Trataban a mi padre como si fuera su mayor miedo.
-Hay que luchar con todos los riesgos-respondió mi padre. Ni que fuéramos a la guerra...
Nos pusimos la equipación de combate por primera vez-que era blanca, para no confundirnos- y esperamos a dos mayores que venían con nosotros. ¿Sinceramente? Puedes prepararte toda la vida, pero ese primer momento es aterrador.

-¿Queda mucho?-murmuró quejosa Bea. Ella no quería ser nada de esto, solo quería ser normal. Pero con dinero, claro.
-Quejarte no acortará el camino-le regañó Aura. Ella, en cambio, estaba totalmente preparada.
Llegamos a un callejón cerca de una discoteca y pubs. Presas fáciles, jóvenes y borrachas a esas horas de madrugada.
Allí estaban: un grupo de chicos altos, de pelo negro y azul. Cualquiera diría que es un grupo de punky. Nada más verlos echamos a correr, pero dos se dividieron al lado contrario.
-¡Lena!-me gritó Teo- ¡vamos a seguirlos!
Y corrimos hacia ellos. Teo arrinconó a uno y yo me dispuse a tirarme hacia él, y luchamos hasta que le inmovilicé.
Pero entonces nos miramos.
Era precioso, de pelo negro y pómulos marcados, como un modelo. Pero sus ojos, sus ojos eran de un azul tan intenso que me desconcertó: los demonios, cuando se llenan de odio, tienen el iris negro; él no. Y con su mirada fija en mí, alejé el cuchillo de su cuello y le dejé huir como una tonta.
-Lena, ¿lo has matado?
-Se me ha escapado- miento.
(Es corto, pero es como una introducción, el resto serán largos. Decidme opinión y eso pls. Gracias amores)

Almas Blancas: Los orígenes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora