Bea, Aura y yo decidimos irnos por la tarde al centro. A veces venía bien estar entre chicas. Yo siempre he sido de las que se llevan mejor con chicos que con chicas (me lo pasaba mejor, me entendía mejor) pero era divertido. Eramos las tres muy diferente entre nosotras, pero nos llevábamos bien.
-¡Quiero ir a esa tienda!
-Bea, no nos podemos tirar dos horas, que te conozco- Aura ya tenía los ojos en blanco.
-Para una vez que venimos hay que aprovechar. No tardaré mucho, tranquila- prometió ella. Pero estaba claro que no. Entró alegremente a Zara, con su pelo rubio moviéndose a todos lados.
Aura suspiró cansada y yo sonreí.
-Sabías que iba a pasar.
-Claro, pero no era ese el motivo principal por el que he venido.
-¿Qué pasa?
Se mordió el labio pensativa. Era una chica dura, y era difícil saber en qué estaba pensando en cada momento. Le daba vueltas a las cosas antes te actuar, todo lo contrario a mí.
-Mejor lo hablamos luego.
Asentí con la cabeza y entramos a la tienda.Bea me hizo comprarme un vestido, ya que íbamos a una fiesta esa noche, en grupo. Era rojo, más ajustado de lo que me atrevía a usar. Ella tenía bastante más ropa que la mayoría de chicas, pero aún así se compró una falta negra alta.
-No sé por qué no quieres comprarte nada, chica- comentó Bea- tienes altura de modelo, y no lo aprovechas. Con lo bien que te quedarían esos pitillos negros...
-Tengo la ropa que necesito- argumentó Aura-, no quiero gastarme dinero en cosas que no me hacen falta. Pero gracias.
Ella se encogió de hombros.
-Tú misma.
-¿Nos vamos a...?
-¡Mira, nueva colección!
Y se fue corriendo.
-Mierda, ya se me ha escapado- farfulló ella.
No pude evitar reírme. Le dije que no se preocupara, que en diez minutos íbamos a comer algo, que lo dejara pasar. Siempre había sido una chica seria, pero la veía especialmente arisca y ensimismada. No quería darle vueltas al asunto porque lo acabaríamos hablando, así que no valía la pena machacarla con eso.
Me fijé en un dato que nos diferenciaba de los humanos: teníamos los ojos mucho más brillantes, y la piel más uniforme. Como nunca nos poníamos enfermos- los virus eran algo que no nos afectaba- y cosas por el estilo, no se definir exactamente el qué, siempre seriamos diferentes al resto. Y la gente observadora se daba cuenta de ello, como el chico que nos atendió en la caja.
-Perdona, ¿me das tu número? Si no es molestia- le dijo éste a Aura. Ella se quedó parada sin saber qué hacer; no era una chica guapa, pero tenía algo que la hacía atractiva, con sus ojos negros y su piel morena.
-Tengo novio- murmuró sonrojándose, nerviosa. Nos dimos la vuelta con la risa tonta.
-¡Si estás soltera! Era mono el chaval.
-Qué sosa- secundó Bea.
-¡Uf, no me estreis! No quiero líos con nadie.
-Eso dices ahora...- dejé en el aire.
-Y lo seguiré diciendo.
-Nunca digas nunca, Aura.El caso es que acabamos dando un vuelta impresionante hasta llegar a un sitio que nos gustara a las tres: optamos por una yogurtería. Al menos coindiamos en algo.
Le eché todas las frutas y cosas posibles y nos sentamos.
-Pues yo sinceramente, creía que acabarías con Mario- comentó Bea, y yo casi me atraganto.
-¿Y... Y eso?
-Porque siempre habeis estado muy unidos, chica. Es muy mono. Bueno, tú eres guapísima, la verdad, pero él siempre ha sido muy bueno, y ya sabes. Era lo que esperábamos.
-¿Quién?
-Todos- afirmó Aura. En realidad no me sorprendía tanto.
-Pero entonces, conocí a Ithan- completé. No era de comentar con mis amigas lo guapo que es, ni lo mucho que lo quiero, pero a veces estaba bien hablar las cosas.
- Y vaya chico. Es muy guapo, y parece modelo, te lo digo de verdad- no me molestó la forma en la que Bea hablaba- Y como eres alta, y él también, pegais bastante. Pero, ¿tú habrías estado con Mario de no ser por él, verdad?
- Es lo más seguro- confirmé. Era así, estábamos destinados desde un principio, pero la vida me cambió el camino.
- Lo que yo decía- concluyó Bea muy convencida.Cuando llegamos al Refugio, Aura y yo nos reunimos solas.
-¿Qué ibas a comentarme entonces?
-Que sé la verdad, Lena- estaba muy seria, y con los ojos vidriosos. El corazón me palpitaba con fuera y esperara que nobse refieriera a mi mayor miedo.
-¿Qué sabes?
-Sé quién es Ithan realmente. Sé lo que es, Lena.
ESTÁS LEYENDO
Almas Blancas: Los orígenes.
FantasyNos han preparado durante siglos a los Almas Blancas, ángeles en la tierra, para proteger a los humanos de los Oscuros, los roba almas, y llevo toda la vida esperando a que llegue mi momento. Pero no sabía que el amor se iba a interponer en mi misi...