Doy una calada al cigarro mientras observo como los chicos que asistieron a la terapia la última vez, entran y se sientan en las sillas de espera. Miro a cada persona que entra, esperando reconocer a Connor entre ellas. Pero no lo veo y doy otra calada terminándome el cigarrillo. Lo tiro al suelo y lo chafo varias veces para apagarlo. Tiro el humo por la boca y entro. Al instante, miro a la recepción y me encuentro a Alicia sonriéndome. Le devuelvo el gesto y en vez de acercarme a ella, me siento en una silla. Desde la última vez que estuve con Nadie no me apetecía estar con otra chica de esa misma manera. No sé lo que me ocurría pero ni siquiera podía imaginarme follar con otra mujer que no fuese Nadia. Era todo muy extraño pero me gustaba, me gustaba sentir este tipo de sensaciones, hacia mucho tiempo que creí que mi corazón no volvería a latir como antes. Pero Nadia es como un bálsamo de agua en mitad de un desierto, me alegro mucho de haberla conocido. Y como un tonto, se me dibuja una ridícula sonrisa en los labios. Dios, cualquiera que me vea pensará que soy un gilipollas.
Los chicos siguen entrando y para mi sorpresa, reconozco a los que ayer habían asistido a la terapia. Todos han vuelto y eso me da esperanza, aunque sea muy pequeña y mínima. Que estos chicos, a pesar de haber pasado por cosas horribles, vengan a esta terapia, me hace pensar que tal vez no haya sido mala idea venir aquí. Y sonrío una vez más al momento en que veo como Connor entra por la puerta. Observo como sonríe a Alicia y ésta se sonroja levemente, echa un rápido vistazo a la sala y cuando me ve, sonríe y se acerca a mí. Me pongo nervioso y no sé por que.
-Hola Drake, ¿cómo estás? - me pregunta sentándose a mi lado.
-Un poco nervioso - le reconozco, sin embargo no le digo que mi nerviosismo, inexplicablemente, es por él.
-Tú tranquilo, no estés nervioso, ya nos conoces a todos y sabes lo mal que lo hemos pasado. Eso, de alguna manera, nos une - dice y me toca la rodilla.
Miro su mano y trago saliva, cuando levanto la cabeza, Connor me mira con una sonrisa. ¿Qué coño está pasando? Me siento sorprendido por la proximidad del chico y por el trato que me tiene a pesar de no conocernos de nada. ¿Se comportará así con todo el mundo? Desvío mi mirada y por unos segundos solo deseo que aparte la mano de mi rodilla, no me siento del todo cómodo.
-Por cierto, Drake, estoy deseando que me cuentes más sobre ese compañero tuyo al que odias.
-No hay mucho que contar, solo es un completo gilipollas - digo en un susurro y carraspeo cuando noto mi voz ronca.
-Bueno, algo tendrá que haber hecho para que lo califiques de esa manera, ¿no?
Me encojo de hombros y trato de pensar en darle una respuesta pero su tacto me hace desconcentrarme, y empiezo a balbucear. Joder, ¿qué coño le digo? Pero entonces, la puerta se abre y entra Aarón Gonzalez, nos saluda a todos y nos comenta que la terapia empezará en cinco minutos. Suspiro de alivio cuando noto como Connor quita su mano de mi rodilla e intento no mirarlo a la cara.
-Me encanta hablar contigo, Drake, pareces una persona que tiene mucho que contar - me mira y sonríe - tal vez podamos quedar un día a tomarnos algo y hablar de nosotros, ¿que te parece?
-Sí... claro - le digo aunque ese "nosotros" no me ha gustado ni un pelo.
-Estupendo - dice y cuando gira su cabeza, se le baja el cuello de la camiseta y vuelvo a ver el tatuaje que tiene. 1312.
-Connor - le llamo sin perder tiempo a que se me escape como ayer.
-¿Sí?
Me vuelve a mirar y le señalo el cuello con el dedo.
-¿Qué significa ese tatuaje? ¿Ese que tienes en el cuello?
Sin embargo, cuando se lo digo su expresión cambia por completo. Deja de sonreír y puedo apreciar que sus ojos bajan su intensidad, su brillo. Frunzo el ceño ante ese cambio tan radical.
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Drake
Teen FictionAlgunas noches no son tan malas y puedo recordar días en los que me acuesto y he podido dormir durante muchas horas sin tener ninguna pesadilla, simplemente soñando que estaba libre y fuera de este sitio, con mis padres, con mi hermano y con mi tía...