𝘾𝙞𝙣𝙘𝙤
11 de enero de 1912, San Francisco, California.
Elizabeth ayudaba silenciosamente a su madre en el hospital, eso la entusiasmaba a la de piel de porcelana, la llenaba de total satisfacción. Como el tiempo había pasado, aquel pequeño consultorio había sido demasiado, por lo que tuvieron que agrandarlo aún más, llevándolo a escalada de una infraestructura. En su rostro no podía dejar de reflejarse una tierna sonrisa cuando la mayor alagaba o felicitaba a la más pequeña por su labor. Claro que no le daba ejercicios de abrirle el tórax a nadie por obvias razones. Su tarea la mayoría de las veces era de limpiar los instrumentos con los cuales su progenitora trabajaba, o simplemente nombrar los nombres de estos. Aunque fuesen pequeña misión, eso hacia feliz a la chica.
Sus pies colgaban mientras los observaba y jugaba con ellos, subida a la camilla de color azul verdoso, tenía una destacada vista periférica, veía como la mayor fan de su madre, se encontraba allí mismo en esa misma sala cambiando unas lindas flores de un jarrón, la Srta. Fukume.
—Y dígame Srta. Jacobs.
La fémina más joven detuvo sus ojos en ella, prestando atención a la chica de nacionalidad japonesa.
— ¿Cómo te va en la escuela?
—Bien.
— ¿Y tienes muchos amigos?
El silencio acompañó esa pregunta. La verdad era que Elizabeth solo tenía a Jason. Bien la de ojos rasgados sabía que la preadolescente no era muy sociable en ese sentido, y no preguntaba para molestarla por eso, más bien era preocupación. Tampoco conocía el motivo por el que su jefa pasaba tanto desapercibido el tema de que su hija debía de socializar más y no limitarse a solo tener un amigo, pero bueno, eso ya lo sabría cuando tuviera sus propios hijos.
Soltó un suspiro al ver como la muchacha escapaba de la habitación, al parecer había incomodado a la de menor edad.
Levantó los hombros.
¿Qué se le va a hacer?
Mientras, en otro lado, una joven corría por los pasillos de aquel pequeño edificio, en busca de su madre. Sus pasos la dirigieron a una habitación, donde la persona que tanto había buscado se encontraba con otra. La misteriosa mujer estaba en la camilla, sentada, mientras que la madre de la susodicha vendaba su brazo.
¿Tan herida estaba? Su muñeca se encontraba roja, y tenía marcas en el rostro. Tal parecía que venía de ring de boxeo. La joven asomó la mirada desde la puerta, procurando no ser vista.
—No puedes continuar con esto.
—Debo hacerlo, es mi esposo y lo amo.
—El amor no se demuestra con golpes y moretones.
La mujer morena bajo la mirada, triste, sabía que lo que decía era la más simple verdad. Pero no quería dejarlo, sentía que si lo hacía, lo abandonaría. Por eso se resignaba a quedarse a su lado. Levantó un poco la mirada, para encontrarse dos esmeraldas mirándola fijamente. La contraria ocultó la cabeza al otro lado, alarmada, al parecer la habían descubierto. Se sintió mal, estaba siendo algo maleducada con espiar, y que además de que no se había presentado. Como lo ya mayor que era, debía tener un determinado comportamiento hacia las personas y presenciar un establecido respeto. Así que respiró profundo y entró a la habitación con una sonrisa humilde. Ambas mujeres la miraron con una sonrisa, una orgullosa, otra, enternecida en la belleza tan natural que desprendía la adolescente. La doctora fue camino a su copia, posicionándose a sus espaldas, sus cálidas manos tocaron los hombros de Elizabeth, transmitiendo seguridad y ánimos que se presentara por sí sola, aunque la verdad solo era un pensamiento remoto para si misma.
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𝑬𝒅𝒆́𝒏 ━━━━ Aʟᴀsᴛᴏʀ
Fanfiction🌌⊰.┊ ❝...𝐍𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐬𝐞 𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨. 𝐋𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐜𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐬𝐟𝐫𝐮𝐭𝐚𝐧 𝐛𝐚𝐢𝐥𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐝𝐢𝐚𝐛𝐥𝐨...❞ ✎ᝰ┆Inicio: 14.04.22 ✎ᝰ┆Finalización: ¿00.00.00? ━❪Hazbin Hotel Fanfiction❫ ━❪todos los...