Capítulo 16 "Mi hogar"

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Pov's Kim Hyun Joong

Conduzco rápidamente hacia el hospital Kangbuk Samsung donde se encuentra Leo y Yoona. Me llamó la señora Annesa hace apenas 5 minutos que Leo se ha desmayado y no ha despertado esta mañana.

Jamás había sentido esta angustia tan grande por alguien. Ese niño que conocía hace poco más de un mes se había vuelto todo para mí. Mi razón de vivir. Estaba completamente enamorado y me sentía en las nubes desde que sé que es mío. Jamás pensé en mi vida que yo era padre y claro no estaba preparado para serlo y ni si quiera tenía idea de cómo ser un buen padre pero quería dar lo mejor de mí. Nuestro feeling era increíble, como si yo lo hubiera criado desde que nació.

Una punzada de decepción se instala al pensar en eso. Si yo tan solo no me hubiera perdido todos esos años, ¿Qué era mi vida antes de Leo?

Nada fue tan emocionante como lo es ahora que soy padre y de tan sólo pensar en que le pueda suceder algo malo a mi hijo se me acelera el corazón dolorosamente.

Yoona está llorando cuando entro a la sala de espera. La señora Annesa está con ella sentada mientras la reconforta.

—¿Qué fue lo que sucedió? —fue lo primero que pregunto cuando me acerco a ellas.

Ella niega con la cabeza y hace una pausa como si le costara hablar.—No sé. No sé que le sucedió, él nunca se ha... —su voz se quiebra y le tiembla el mentón. Sus ojos se ven atormentados y se ve profundamente triste.

Sé cómo se siente. Supongo que este tipo de angustia y desesperación se siente por un hijo.

—No llores. — le digo.— todo estará bien.

Trato de calmarla. Al menos uno de los dos tiene que mantener la calma, por Leo.

—Él estuvo tan feliz en la playa que no sé qué le hizo mal. Qué hice mal.

—¿Los padres de Leo Kim?— la interrumpe el Doctor de repente.

—Nosotros. —decimos al unísono

—Le hemos estado haciendo pruebas a su hijo. Tomografía, electrocardiograma y pruebas de sangre. En los análisis de sangre nos indican una anemia severa es por eso que él no respondía y parecía desmayado. La anemia es una enfermedad a la sangre en la cual hay un déficit de glóbulos rojos quienes son los encargados de llevar el oxígeno a los tejidos, al no tener estas células de transporte, él niño sufrió esta enfermedad progresiva que terminó en este agotamiento que se basa en esta debilidad excesiva. Algunos síntomas son debilidad, malestar general, palidez, somnolencia y debemos tratarla rápidamente ya que sus niveles de hemoglobina son muy bajos.

—¿Cuál es el tratamiento, doctor? —pregunto.

—Bueno, básicamente en transfusiones sanguíneas. Pero en estos momentos nos acabamos de contactar con el banco de sangre y no hay sangre de tipo B negativa que es la de Leo. Hemos estado intentando comunicarnos con otros bancos pero no hay. Es de suma urgencia que se haga la transfusión de inmediato.

Siento un gran peso liberado de mis hombros. Tenemos el mismo grupo sanguíneo. Mi muchachito tiene mi misma sangre y puedo ayudarlo. Sonrio casi sin poder creerlo y estoy feliz.

—Leo y yo compartimos la misma sangre. Tome todo lo que necesite para él.

Yoona me sonríe y esta llega a sus ojos que se llenan de lágrimas, que supongo que es por emoción. Se ve tan aliviada.

—Gracias. —me dice.

Que alivio.

Me voy con la enfermera a realizarme exámenes. Odio los hospitales, odio que me hagan procedimientos pero por Leo, nada de esas preocupaciones importan. Daría mi vida por él. Al poco tiempo de corroborar nuestra compatibilidad, me extraen sangre para transfundírsela a Leo. Miro a Leo y le sonrío, se ve cansado y pálido pero feliz de que yo esté con él. De vez en cuando le digo palabras de aliento, sé que incómodo para él y lloró cuando lo puncionaron.

Escrito en el AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora