Capítulo 21 "Ángel"

45 5 3
                                    

Jang Tae Kyung golpea con fuerza la pared de mi lado, el golpe me sobresalta.

—P-pasó algo entre nosotros pero hace 5 años.—me apresuro a terminar.

Mentirosa.

Él sólo me mira. Supongo que está en un debate entre sí creerme o no.

Mi corazón late fuerte.

—Lamento no poder avisarte antes.—es lo único que logro decir, mi garganta está tan apretada que apenas lograron salir las palabras, estoy muy nerviosa y asustada. Él está furioso.

—¿Lo sientes? ¿En serio lo sientes? —su tono de voz es tan elevado que está casi gritando.

Yo me muerdo el labio nerviosamente. —Mejor vete, Jang Tae Kyung. Hablemos cuando estés más calmado.

—¿Quieres que me calme? —está tan cerca mío que logro percibir el olor fuerte a alcohol.

—Si no te vas voy a llamar a la policía. —digo sacando mi celular del bolsillo de mi pantalón, con la intención de llamar a la policía. —Vete.

Él rápidamente me arrebata el celular de las manos y lo lanza a la pared. El celular pasó casi rozando mi rostro y luego vi como el aparato se rompió en mil pedazos que salieron disparados por todos lados, hasta que entonces, y sólo entonces, lo sentí.

Un fuerte golpe contra mi mejilla, como un pinchazo con quemazón y otro golpe seguido, sólo este más más plano e igual de efectivo y doloroso que el anterior. Me llevé la mano rápidamente hasta la zona a dolorida. No era un dolor que sólo se concentraba en mi mejilla, se había extendido la mitad de mi rostro, abarcando mi ojo derecho y mi frente. Me quedo sin aliento por el dolor.

—¿Yoona? —lo oigo decir, su voz se extendió como un eco por toda la sala.—Yoona, ¿Qué te pasa?—su voz se escucha preocupada e hiriente.

No lo miré, lo sentí acercarse desde atrás. Sé que esto había pasado lo más rápido posible, pero yo lo había vivido como en cámara lenta. Incluso sentía el dolor intensamente acunado en mi mejilla.

—Yoona... que...

Él se arrodillo junto a mí y pasó su mano por mi espalda para girar mi rostro, pero yo estaba cabizbaja. Sólo puedo ver mi cabello cobrizo en mi rostro, no lo aparté cuando él comenzó a quitar mi cabello. Me tomó de la cara con cuidado, mientras no dejaba de decir mi nombre cada vez más ansioso.

Consiguió levantar mi rostro sin mayor esfuerzo. Se lo permití, pero aparté su mano.

—Déjame ver. —me suplicó.

Sentí mi mano mojada y supe que estaba llorando. Él rozó sus manos con las mías y quito mi mano sin poner resistencia. Vi su cara espantada y llena de preocupación al verme el rostro. Se tensó por completo.

La mano que aún sostenía la mía, se las llevó a sus labios. A penas sentí el roce la aparté bruscamente.

Él me miró con los ojos brillantes y llenos de emoción. Impactado.

—Ángel, yo no... —estaba más angustiado que antes.—te juro que yo no quise hacerte daño. Ángel, lo siento... yo no... por favor créeme, jamás te haría daño.

Su voz se iba apagando y tragó el nudo en su garganta.

Sentí como una lágrima espesa cayó al piso. Miré al piso y me di cuenta que no era una lágrima, sino una gota de sangre derramada. Otra cayó nuevamente, seguida de varias más y supe que no era un simple rasguño.

—Ángel yo no... déjame curarte. —él me cogió la mano, el arrepentimiento siendo visible en sus ojos.

—Aléjate de mí. —le dije dando pasos hacia a atrás, mientras acunaba mi mejilla.

Escrito en el AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora