Capitulo 6

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— ¡Muy bien princesa Athanasia! ¡Controla a la perfección los pasos! — la maestra de danza aplaudió a su alumna.

La princesa sonrió encantada por su logro. Ya estaba lista, su debut era mañana por la noche lo que significaba enfrentarse a la protagonista de Princesa Encantadora, Jennette Margarita.

De solo pensarlo su sonrisa se borró y su expresión lucio preocupada, cosa que la maestra malinterpreto.

— ¡No sé preocupe, su alteza!  Se que bailará a la perfección. — palmeo su espalda en apoyo, solo entonces la princesa reaccionó y sonrió para asentir.
— Le enviaré bendiciones el día de su debut. — reverencio y salió a paso lento del salón.

El dolor de cabeza regreso con fuerza. Desde hace días los dolores de cabeza se presentaron en ocasiones inusuales, por estrés y las desveladas. Se pasaba a altas horas de la noche ideando un plan para evitar que su padre conociera a la Janette.

Y ninguno dió un resultado bueno.

Esperaba poder dormir un poco en su cómoda cama...

— Princesa — cuando estaba a punto de retirarse, Félix la llamo desde la entrada, sonriendo como siempre. — Lady Laufel está esperando su presencia en sus aposentos.

— ¿ Lady. Laufel? ¿Por qué está en mi habitación? — frunció el ceño molesta. No había solicitado su presencia ni mucho menos recibio algún pedido de ella para una posible reunión. — No estoy enterada de ninguna reunión...

— La señorita dice que solicito una reunión con anterioridad. — el rostro nervioso del pelirrojo la obligo a calmarse. — Y bueno comento que su plática era privada.

Cerro sus ojos al sentir las punzadas en su cabeza. Solos unos segundos más y volvio a abrirlos.

— Bien. Iré en unos minutos más.

El pelirrojo asíntio y reverencio antes de irse.

Ahora solo...

— Athanasia. — apretó los labios irritada. Ese idiota...— ¿No estabas practicando?

— Lo estaba, acabo de terminar. — la voz fría de su amiga hizo sonreír a Lucas.

— Necesitas más que solo practicar. Tienes dos pies izquierdos. — comento como si nada, apreciando los alrededores como si de una obra de arte se tratara lo cual hizo molestar a la rubia.

— ¡Lucas...— detuvo su grito y suspiro profundamente. Su estado lo estaba afectando, tenía que calmarse. — No tengo tiempo para esto, me voy.

— Te acompaño.

La siguió pero la rubia lo detuvo con su mano.

— Ni hablar, quédate aquí.

— No, quiero ver a la famosa Roxana Laufel en persona. — sonrió satisfecho al ver la mirada furiosa de su amiga. — Dicen que es muy hermosa.

— Cierra la boca.

Comenzó a caminar sin prestar atención al contrario, cerro la puerta al salir y solo alcanzo a escuchar el quejido del mago haciéndola sonreír levemente.

Recorrió con rapidez los pasillos hasta casi llegar a sus habitaciones, a lo lejos se veía despejada la entrada, sin ningún guardia o a Félix vigilando, cosa que extraño mucho a la rubia.

Lili tampoco estaba cuando salí del salón... ¿Estará ocupada en algún lugar?

Hizo una mueca al sentir una leve punzada en su corazón. Seguramente estaba haciendo otras cosas, no tenía que estar siempre pegada a ella.

Al estar por fin frente a su habitación tocó la manija para abrir pero las suaves risas la detuvieron. Venían de su habitación. Apretó la manija dudosa pero termino por entrar.

Las risas se detuvieron y solo cuando abrió completamente se dió cuenta de lo que pasaba. Su nana, su escolta y Lady. Laufel estaban conversando tan animadamente que no pudieran contener la risa.

Lili y Félix reverenciaron mientras que Roxana hacia a un lado su maletín e hizo lo mismo.

— Gloria y bendiciones a la estrella de Obelia. — saludo con cortesía y una hermosa sonrisa. — Espero se encuentre bien princesa —

— Si. Me encuentro bien. ¿Podría decirme a qué a venido? — corto a la dama y solo se sentó, ignorando a las dos personas restantes sorprendidas por su respuesta fría. Roxana solo sonrió, acostumbrada a ese tipo de actitud.

— Si por supuesto. — atrajo su maletín y lo abrió, revelando varias muestras de telas, de diferentes colores, texturas y calidad. — Me gustaría que eligiera un color para confeccionar su vestido. Debo decir, me es complicado elegir colores de aquellas personas con las que no e interactuando antes.

— Oh ¿Cómo es eso posible? ¿No es trabajo de una gran diseñadora el elaborar prendas acordé a la persona sin conocerla realmente? — fingió inocencia. Félix miro boquiabierto a la princesa y Lili no se quedó atrás. — Los diseñadores  pueden hacer magníficas obras sin ver a a quien va dirigido la prenda.

El silencio incómodo inundó la habitación. Athanasia sonrió en sus adentros pensando que callo a la mujer pero grande fue su sorpresa al ver la expresión serena de la dama.

— Bueno eso es un punto de vista muy llamativo y bastante acertado para muchos. — asíntio levemente la mujer, su mente de pronto se desvío en sus propios pensamientos. — Pero eso no aplica para mí. Respeto su opinión princesa y se de su curiosidad sobre el diseño pero no todas las personas siguen eses esquemas. Cada persona trabaja a su ritmo y forma... En mi caso, me gusta convivir con la persona para conocer más de ella y poder definir su propio estilo, su color, su personalidad. Si una prenda no tiene la escencia correcta de la persona para la cual fue elaborada entonces no se considera una obra.

Athanasia la miro sin expresión alguna.
La princesa solo asíntio sin prestar realmente atención. Tomo las muestras y las analizo de manera breve a todas en general. Su vista quedó por unos segundos a un precioso color azul pastel pero al final solo eligió una sola tela al azar.

— Este color me gusta. — saco de entre el monto una tela de color amarillo y otra de color violeta. Roxana asíntio con una sonrisa. — Si eso es todo...

— Si... Muchas gracias, princesa. Espero poder contar con su apoyo el día del debut. — alisto su maletín y dejo una reverencia con una sonrisa sincera. — No le fallaré, haré un hermoso vestido para usted. — asíntio hacia la rubia que no siquiera la vio y después se giro al pelirrojo y la castaña. — Muchas gracias por sus atenciones, sir. Félix, Lady. York, el te estuvo delicioso y espero algún día poder comer algo delicioso juntos. Estaremos en contacto, les enviaré unas cartas.

Athanasia se tenso y apretó los labios molesta sintiendo picar sus ojos con lágrimas. Giro su mirada lejos de ellos y se centro en su cama. No quería ver las expresiones de su nana y de Félix. Se sentía desplazada por alguna extraña razón.

Pero no tenía por qué sentirse así. Apenas habían pasado unos minutos a solas...

Su corazón dejo de latir por un momento al ver cómo la adorable le mujer se acercaba a Félix y lo abrazaba dando saltitos, pasando ahora a su nana quien le dió un suave abrazo que ella devolvió con una sonrisa feliz.

Athanasia apretó su vestido al verla reverenciar otra vez hacia ella y salir de la habitación con una sonrisa.

La tensión volvió al ya no estar la adorable mujer. Ni Félix ni Lili sabían que decir ahora pues el comportamiento de Athanasia era algo que no habían visto nunca.

Ese ambiente incómodo perduró hasta la mañana del día siguiente.

La Diseñadora de Obelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora