Capitulo 7

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En unas horas, solo faltaban unas horas para el gran debut donde la princesa Athanasia se presentaría ante la nobleza. Roxana lo sabía y por eso estaba bastante alterada al no poder terminar el vestido.

- ¡¿Dónde están esas rosas?! ¡Las dejé justo aquí! - removió su escritorio con frustración sin encontrar nada. Busco en los cajones, en las cajas e incluso en las baúles pero no había nada.

Recorrió la habitación con la mirada, debía estar por ahí. Escudriño cada espacio hasta topar con su escritorio nuevamente. Ahí, en una esquina un poco cubierta se encontraba una rosa. Subió su mirada y contemplo sin expresión la caja que estaba volteada en una repisa.

¿Cuándo las dejo ahí?

Perdería la cabeza de tantas cosas que olvidaba y después buscaba desesperadamente. Se supone que era joven y su memoria era buena pero siempre le pasaba lo mismo. Tenía la memoria de un perro.

Al menos logró mandar una carta a Claude sobre su presencia antes de que comenzará el debut, de no ser así estaba segura de que el emperador vestiria de la forma que quisiera y eso ella no lo iba a permitir. Su hermanito tendría un traje precioso si o si.

Trepó hasta el estante y atrapó la caja de cartón verificando si el contenido había recibido algún daño, al verlo intacto solo suspiro aliviada.

Regreso al hermoso vestido azul pastel y coloco las exquisitas rosas en el vestido. Al finalizar, retrocedió algunos pasos para apreciar su primera obra para dama. El orgullo corrió por su rostro, para ella era un regalo perfecto para la hija de su hermanito y no es por ser mala pero le dedico mas tiempo a ese atuendo que al de el de su hermanito. Logró completarlo sin tomar realmente las medidas, solo adivino... No tenía por qué pero la princesa aprecia incómoda en la reunión así que no quiso abrumarla y solo se fue.

- ¡Hay no! ¡Ya es tarde! - con solo ver desde su ventana logro distinguir el tiempo, estaba oscureciendo y ella seguía en su taller. Debía ser rápida o no llegaría a tiempo.

Tomo sus cosas, guardo el vestido en una maleta especial blindada con magia y corrió hasta la entrada de su taller, mas una leve punzada en su nuca detuvo su paso. Había dejado algo importante...

- ¡El traje de Claude!

Regreso a su taller apurada y rezando para que su carruaje de confianza estuviera disponible.
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Athanasia solo podía admirar desde su habitación el hermoso cielo estrellado. Sus manos sudaban y su corazón latía a mil por hora.

El peso de sus actos estaban pesando en su conciencia arrasando a cada minuto con su leve tranquilidad.

Debería estar feliz pero no lo estaba. Ni un poco.

- Mi princesa, venga un momento por favor, tengo que colocar esto. - Lilian llamo a su preciosa princesa con una brillante tiara entre sus manos.

La joven princesa acato lo pedido y tomo asiento frente a su tocador. Lilian le brindo una sonrisa deslumbrante al completar su glamoroso atuendo. Las lágrimas no tardaron en aparecer pero las limpio rápidamente, y es que su bello angelito ya era toda una señorita.

- Lili no llores...- la castaño nego sonriendo al ver la preocupación plasmada en su rostro. Athanasia sostuvo las manos de su nana para calmarla.- No quiero que estés triste, no me gusta verte llorar. Si lloras yo también lo haré.

- Princesa no se preocupe, estoy bien. S-solo... Verla vestida así de encantadora es como un sueño. Ya es una hermosa señorita que no necesitará cuidados de mi, una simple sirvienta. - acaricio las mejillas de la contraria conteniendo las lágrimas. - Me alegra saber en lo que se a convertido. Una dama elegante, hermosa, inteligente y de buen corazón.

La Diseñadora de Obelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora