La fila de sirviente se desplazaban por la entrada principal de la mansión Alpheus, en espera un carruaje y por ende, el invitado especial del duque.
El joven maestro de la casa se encontraba al lado de su padre esperando con una sonrisa ladeada a la invitad a mientras observaba de reojo a su madre que estaba a su derecha, en cambio el duque prestaba atención desde la izquierda de su hijo, impaciente de ver a la hermosa diseñadora.El sonido del triple lejano despertó el ánimo de los cansados sirvientes, haciendo que la molestia de la duquesa se eleve a niveles destrozos. No era ningún secreto para los empleados del ducado que la duquesa detestaba a la adorable joven por ser el amor platónico y prohíbo del duque desde antes de que se conocieran. Debido a su nada discreto disgusto, los rumores volaron por la mansión, escalando hasta otros nobles del imperio llegando a ser la burla de las damas nobles.
Un precioso caballo de color negro, robusto y de cril del mismo color trotaba con fuerza, esto extraño a la mayoría pues no veían ningún carruaje tras de él. El precioso semental detuvo abruptamente su andar al ser jalado de las correas, una mujer bajo sin dificultad del lomo haciendo un ruido sordo con la maleta al tocar tierra firme.
- ¡Duque Alpheus que alegría verlo otra vez! ¡Cada día se vez más atractivo! - la despeinada rubia saludo al duque con alegría, logrando sorprender a kiel .
El duque sonrió encantado, disfrutando de los elogios y atención de la rubia. Ignorando a su esposa, tocó el hombro de su hijo y lo empujó frente a el para poder hacer una presentación correcta a la dama. Los ojos azulados y cristalinos de la mujer pararon en el joven frente a ella, quedando maravillada de tener una mini copia del hermoso duque por lo que asíntio satisfecha al pensar que el maravilloso aspecto de los Alpheus no se perdería en el tiempo.
- Lady Laufel, es un placer poder tenerla en mi ducado, siempre será bienvenida su maravillosa presencia.- sonrió coqueto a la dama sin que su hijo se diera cuenta, en cambio la mujer al lado suyo apretó su abanico con fuerza- Le presentó a mi hijo Kiel Alpheus, mí heredero - palmeo el hombro de su hijo para que reaccionara, cosa que el menor hizo con nerviosismo.
- ¡O-oh, un gusto conocerla señorita Laufel, tener a tan gran maestra en el ducado es un verdadero honor! - dió una leve reverencia con las mejillas encendidas. Se había puesto nervioso.
- Que adorable eres Kiel, querido. Tan parecido a tu padre, definitivamente es un placer conocerte pequeño - palmeo su cabeza con amor. Le parecía tan adorable.
A pesar de su mala fama con las mujeres nobles por su excéntrica personalidad, su trato con jóvenes menores a ella era más fácil de llevar al cuidar más las palabras que salen de su boca.
La joven observó de reojo a la duquesa sonrojada. Estaba claro que había sido humillada al no ser presentada como tal, a lo cual, la rubia camino hasta estar frente a ella, acomodando su maleta al lado de suyo y reverencio levemente, mostrando respeto a la noble dama frente suyo.
- ¿Cómo se encuentra usted, duquesa Alpheus? - pregunto con la misma sonrisa cariñosa de siempre, descolgando a la mujer mayor - Espero no molestar con mi presencia en su hogar.
- Para nada, Lady Laufel - la oji verde trago con fuerza el veneno en su tono de voz.
Roxana asíntio contenta, tomo su maletín y se acerco al duque y su hijo para comenzar a caminar hacia la mansión. La duquesa suspiro agotada y solo los siguió.
Tomaron asiento en los sillones de la sala. Los bocadillos en la mesa llamaron la atención de la rubia, interesada más en comer que el conversar.
- Lady Laufel - el duque sonrió contento al observarla disfrutar de un pastel. - ¿Deberíamos comenzar?
- ¡Por supuesto, Duque! Deme un momento - dejo el bocadillo en la mesa y saco de su maletín un libro grueso. - Aquí están las telas que manejo y diseños inspirados en usted.
La duquesa fulminó con la mirada a la rubia descara. Kiel solo sonrió divertido, le agradaba la adorable mujer rubia y esperaba poder conocerla mejor en las horas próximas.
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.- ¡Entonces le dijo a mi padre que era delicioso! ¡Delicioso, Lucas! ¡¿Puedes creer eso?! - la princesa exclamó escandalizada, tomando una galleta del plato para observar la bula reacción de su amigo.
- ¿Y? - cuestionó aburrido, sin ganas de seguir escuchando más - Ella habla así por qué quiere y según los rumores, tu padre es considera un Adonis.
- Eso es tan...- la princesa cubrió su frente con cansancio sin saber que decir.
- Debe estar bastante ciega, si. Soy mucho más hermoso que el. - cruzó sus brazos y piernas, sonriendo de manera egocéntrica.
- ...Aja - mostró su desagrado al tirarle un pedazo de galleta en la frente - No te ofendas pero realmente no eres mi tipo.
- No te lo pregunté, tonta - golpeó con su dedo la frente de la rubia. - En fin, ¿Dónde está tu padre ahora?
- ¿Crees que lo se? Desde que llegó esa mujer a palacio no hemos convivido como antes, ya no hay tanta comunicación como antes - suspiro derrotada.
- Eso es nuevo. - el interés del pelinegro subió de repente - El frío y cruel emperador ignorando a su preciada hija... Creo que tienes competencia.
- ¡Eso-! - detuvo su regaño, dándose cuenta de que no tenía argumentos.
- Vez. Estás siendo olvidada. - sentenció el pelinegro asustando a la rubia - Creo.
- ¡Huy! - las mejillas de la princesa se tornaron rojas del coraje por las estupideces del mago. - ¡Lucas, esté no es momento para hacerme dudar! ¡Si es cierto que estoy perdiendo terreno, mi cabeza rodará en poco tiempo!
- Eso no pasará - aseguró el mago al tomar otra galleta y comerla.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Yo te lo aseguro - miro con firmeza a la rubia. - Te protegeré.
Athanasia sufrió un leve apagón en su cerebro, no creyendo lo que escuchaba, aún así sonrió contenta por tener a alguien de confianza de su lado. A pesar de ser un amargado y cascarrabias, era su confidente más cercano.
- Gracias, Lucas.
- Aja ya, déjame comer.
Las mejillas sonrojadas del pelinegro no podían ocultarse.
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La Diseñadora de Obelia
FanficRoxana Laufel es sin duda la mujer con mejor reconocimiento del imperio de Obelia si de elaborar magníficas obras con telas se habla. Trabaja sola, eso es un hecho. Con una carácter energético, carismático, amable y positivo, es difícil que una pe...