Capitulo 16

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Roxana sonrió de oreja a oreja ante el adorable adolescente pelinegro. Estaba tan feliz de tener una buena compañía con la cual hablar con normalidad.

Por mucho que le doliera, su hermanito la trataba tan diferente a lo acostumbrado y...y simplemente no quería profundizar más en lo obvio .

"¿Debería hablar con Claude?"

Sentía que estaba siendo injusta al evitar de tal manera a su única familia, su hermanito del alma. El único por el cual daría su vida si fuese necesario.

— ¿Lady Laufel, está bien? — los ojos carmín detallaron la expresión lúgubre de la rubia, incluso con esa cara era tan adorable.

La rubia miro aturdida al adolescente y negó para despejarse de sus pensamientos. — Lo estoy, solo... Pensaba en mi siguiente diseño. — sonrió sin realmente estar segura, para Lucas era tan fácil de leer.

— Si usted lo dice. — desvío su mirada de la mujer y se centro en su siguiente galleta como si nada hubiese pasado.

Roxana decidió continuar con su plática anterior para no dar un ambiente incómodo. — Por lo que me ha contado, parecer ser que Sir. Lucas es un genio — la rubia dejo de lado su cuadernillo y sus pensamientos depresivos para apreciar la figura recostada en la silla. — y un gran amigo para la princesa.

El oji carmín hizo una mueca pero asíntio. — Si, supongo que así es. — tomo la última galleta del plato (que permanecía de su lado) y la devoro con rapidez.

Roxana sonrió, era tan parecido a Claude cuando era un pequeño... Debería dejar de recordar el pasado.

Lucas quiso palmear su frente ante la obvia situación de la mujer.

El, que no sabía nada de romance lo notaba a leguas. Lady Laufel amaba con la misma intensidad que el progenitor de su amiga. Solo que esta mujer era demasiado estúpida para verlo.

" Esto tardará mucho si sigue evitando lo que de todas formas pasara..."

El mago estaba tentado en intervenir, pero no era su asunto. Era cosa de ellos y su conflictiva personalidad.

— El emperador... — inicio para llamar la atención de su nueva conocida. — parece quererla mucho.

El sonrojo pinto las mejillas de la avergonzada mujer. — N-no, bueno, si, yo también lo quiero mucho.

— ¿Y el lo sabe? — el pelinegro sorbio de su té. — ¿Sabe que lo quiere como un hermano?

Roxana asíntio un poco. Un conflicto interno se desató dentro de ella, algo que a la larga terminaría por acabarla al no aclarar sus propios sentimientos.

— Lo sabe...— Murmuró a duras penas. — o al menos eso pretende.

La respuesta tan floja hizo que Lucas resoplara fastidiado. No era lo que esperaba, algo andaba mal con esta mujer como para ser tan ciega.

— Entiendo — continuo con su bebida. —  debo retirarme Mi Lady. Fue un placer poder comer y compartir palabra con usted.

La rubia sonrió con dulzura sin poder realmente responder. Sus ojos azules brillaron en despedida.

Poco después, quedó sola. Sin compañía y sin boceto.

Lo único ganado era el ardor en su conciencia. Tal fue la sensación que reír fue su único consuelo.

Unas simples preguntas de un joven la tenían casi llorando, y eso le llegó bastante... Ella no era así, ¿O si?

¿Cuando fue que cambió...a lo qué es hoy?

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— Eres despreciable. Muy despreciable.

La pequeña se arrastro adolorida por el suelo. Sus uñas ya rotas y sin forma se quebraron más haciendo que la tierra húmeda se enterrará en las heridas profundas. Sus piernas temblorosas por la falta de descanso intentaron apoyar al lastimado cuerpo a huir.

No dió resultado. El cuerpo quedó a merced del hombre que hacía llamar padre. El mismo hombre que...que...

— Quédate quieta... No te dolerá tanto esta vez...

Las manos sin forma la tomaron. Tomaron sus pequeñas piernas y aprezarom sus brazos.

Miro con horror la figura oscura, sin rostro, sin nada posicionarse entre sus piernas...

— Papa te ama Ania. Te ama mucho...

Desconecto sus sentidos, ya no escuchaba nada, no sentía nada, no...no quería.

Cerro sus ojos y al abrirlos, aquel hombre ya no estaba y aún así seguía estando tirada en el frio suelo de tierra con nada más que harapos cubriendo su cuerpo.

Giro su mirada.

En la entrada su madre la miraba con lastima, más no hizo nada más que mirar.

Por qué eso siempre hacía. Mirar y mirar mientras su padre le hacia un sin fin de cosas que no entendía pero que si dolían a horrores.

Pero que podía esperar... ¿Qué podía esperar de una familia de esclavos?

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Claude relajo su cuerpo con experiencia.

Un intruso había interrumpido en sus aposentos a mitad de la noche y por ende, debía de pasar desapercibido hasta rebanar el cuello del bastardo.

Respiro con suavidad. La persona se acercaba, pequeños pasos delataban que no era un asesino experimentado o un mercenario, tal vez algún sirviente.

El suave soplido de aire llegó hasta su nariz y con ello, el aroma adictivo que tanto anhelaba tener en estos días.

El lado junto a el se hundió y el peso en su pecho lo hizo darse cuenta que Roxana estaba acostada cómodamente y por la sensación de abultamiento en su costado...

¿Acaso estaba...?

Exhaló con brusquedad pero logró calmarse al sentir la suave respiración de su amada.

Abrió los ojos esperando encontrar a Roxana despierta pero el relajado y angelical rostro lo hizo detenerse a pronunciar algo.

Su amada portaba una fina bata de dormir, que lograba transparentar cierta parte de su cuerpo.
Con un movimiento la tapo y beso su frente. No respetaría a su amada y no vería nada que ella no quisiera.

Atrajo más a la rubia y acaricio su rostro y cabello con adoración sintiendo su corazón latir. Si, realmente estaba enamorado de aquella rubia. Perdida y locamente enamorado.

— Mi amado ángel. — abrazo el suave cuerpo y por fin, después de tanto tiempo, creía que las cosas mejorarían. — Roxana...

Todo estaría bien.

Si... Todo...

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Disculpen por no poder actualizar pero me surgieron inconvenientes bastantes grandes. Es algo corto pero me parece que ya es tiempo de por sin profundizar un poco en el pasado de Roxana.

Debo decir que su pasado no afectará en su presente. Aquí es diferente y Roxana lo sabe.

Pero debo advertí que su pasado será bastante oscuro y turbio. Puede que llegue ser incómodo de leer o incluso de comprender pero espero que sigan en el desarrollo de la historia.

¡Gracias a todos aquellos que votaron, comentaron y agregaron la historia en sus listas de lecturas!

Un abrazo grande y hasta la próxima actualización.

La Diseñadora de Obelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora