Desde que los sueños húmedos comenzaron, Izuku no podía hacer más que temblar cada vez que veía a Katsuki, pero no era un sentimiento malo, si no que era su deseo por acercarse más al Alfa lo que le hacía entorpecer, murmurar cosas sin sentido, tartamudear cuando estaban muy cerca e incluso tropezar con sus pies. Se sentía avergonzado por muchas razones, la primera es que tenía treinta años como para estarse comportando como un adolescente, la segunda porque estaba casado y tener esos pensamientos hacia otra persona era inapropiado, incluso si ya no amaba a su esposo y estaba a punto de divorciarse se sentía un hipócrita, preguntándose si realmente tenía derecho a reclamar algo a Eijiro, cuando el estaba teniendo pensamientos lascivos por su vecino. Le estaba siendo infiel. Sí, era normal sentir atracción por otras personas, a veces eso sucedía, pero habían límites y el límite emocional lo había cruzado, porque Katsuki Bakugo estaba comenzando a mover no solo su cuerpo, si no también si mente, puesto que, cada vez que lo veía sentía tanta calma,sentía tanta seguridad, era como estar en un campo de dientes de león, flotando entre ellos.
No ayudó mucho que viera a Katsuki todos los días en las mañanas, incluso en las tardes cuando conversaban en el porche de su casa o veían películas junto a Kenji. Tomó un sorbo de agua, mientras pensaba en lo cercano que se había vuelto con Katsuki, él Alfa incluso había asistido semanas atrás al cumpleaños de Kenji, incluso cuando estaba cansado, con ojeras y unas cuantas horas de sueño había asistido porque le había hecho una promesa al niño.
Comenzaba a pensar que sus mejillas estarían rojas para siempre, simplemente no podía evitarlo porque tampoco podía evitar pensar en Katsuki.
-¿Pasa algo?. - El rey de Roma habló. Izuku lo miró un largo momento antes de negar con rapidez. Mientras le pasaba el termo con agua, ya que nuevamente, ambos habían salido a correr, solo que está vez estaban regresando caminando, puesto que ambos habían cometido la estúpida idea de correr más de lo que usualmente lo hacían y terminaron con calambres en las piernas.
-Solo estaba pensando un poco, Kacchan. - Dijo entre tartamudeos, intentando actuar como siempre. El problema es que le era difícil teniendo al rubio tan cerca, siendo tan... Tan él.
Se preguntó internamente qué veía en Katsuki, si solo era gratitud por estar junto a él o de verdad era algo más. Pero es que Bakugo Katsuki simplemente era como una droga de la que estaba bebiendo poco a poco hasta convertirse en un adicto, porque incluso viendo sus defecto, su perspectiva no cambiaba, es decir, el rubio era gruñón, terco, mal hablado, sarcástico, burlón, altanero, pero también era gentil a su manera, se preocupaba por los demás también, era honesto, organizado, solidario, divertido y agradable.
-¿Ah sí? ¿Sobre qué?. - Sus manos rozaban levemente por la cercanía en la que ambos caminaban, Katsuki pensó en lo fácil que sería entrelazar sus manos mientras veía el perfil de Izuku.
- En que eres increíble, Kacchan. - Izuku observó al Alfa de reojo, notando la sonrisa engreída que se formó en su rostro.
-Obviamente, Deku. - El pecho del rubio se infla con orgullo, no pregunta el por qué de la respuesta, porque entonces sería meterse en una conversación que los dos no están listos para llevar a cabo, porque no quieren apresurarse y hacer algo que ya no se pueda revertir, así que el silencio vuelve a permanecer entre ellos de forma cómoda. Es frustrante no poder besarlo, piensa Katsuki.
Finalmente llegan a la puerta de la casa del Omega, ambos se miran un momento una vez más, luego tardan en despedirse. Izuku entra a su casa, aún está oscuro porque todas las cortinas están cerradas e impiden el paso del sol a través de las ventanas, camina sin prisa para comenzar con su día, con la rutina a la que ya está acostumbrado, exepto que es un buen día, porque su esposo no llegó la noche anterior, así que solo está junto a su hijo.
Después del cumpleaños de Kenji, su hijo parecía resentido con su papá lo cual le dolía un poco, no quería que su hijo creciera con odio a su padre porque odiar era algo que lo iba a desgastar gran parte de su vida, sin embargo, tampoco podía hacer mucho porque Eijiro estaba cavando su propia tumba. Sabía de sobra por propia experiencia que los niños no olvidan fácilmente, ¿Perdonan de forma fácil? Sí, pero nunca olvidan las malas acciones de los adultos.
Debía de conseguir un psicólogo infantil.Los documentos sobre su divorcio los estaba trabajando Shoto, quien también estaba reuniendo pruebas con el equipo de abogados sobre la infidelidad de Eijiro por si el Alfa se negaba a firmar por las buenas el documento, así que el proceso tardaría un poco más antes de poder tener la hoja de la acta de divorcio en sus manos.
Dejó a Kenji en la escuela y de regreso a su casa pasó a una farmacia para comprar supresores, puesto que la fecha de su celo se acercaba. Algunos metros antes de llegar a su casa, se dió cuenta del coche estacionado enfrente, así que haciendo una pequeña mueca, no le quedó de otra que entrar, encontrando a su esposo recostado en el sofá.
-Me tomé el día libre, pensé que era buena idea pasar un día junto a ti y nuestro hijo. - Kirishima se sentó en el sofá, viendo a Izuku con una pequeña sonrisa en el rostro. La noche anterior realmente había trabajado para reponer el día que iba a tomar, necesitaba pasar tiempo junto a su familia y estaba seguro de que su esposo se alegraría cuando lo viera llegar, pero solo lo vió asentir antes de sentarse en el sillón más apartado de él. - Ven, te extraño Izu. - Eijiro dió pequeñas palmaditas en sus piernas.
- Iré a prepararte algo de desayunar. - Izuku de levantó del sillón, buscando cualquier excusa para estar lejos de su esposo, sin embargo, estando a punto de cruzar la puerta, las manos de Eijiro lo rodearon desde su espalda, la nariz ajena se posó sobre su cuello y pequeños besos fueron repartidos sobre sus glándulas de olor. Su cuerpo se tensó mientras su estómago de revolvía. - Eijiro, no estoy de humor.
- ¿Estás seguro, amor?. - Eijiro llevo sus manos a la camisa ajena, desabrochando unos cuantos botones antes de que las manos de su esposo tomaran las suyas, sintió a Izuku temblar, sin embargo, lo interpretó como signo de nerviosismo. - Hace mucho tiempo que no lo hacemos, ¿No estás ansioso? Tenemos unas cuantas horas antes de recoger a Kenji del jardín de niños.
Los pequeños besos seguían siendo repartidos sobre su cuello mientras el Omega hacia pequeños gestos para evitar el contacto, sosteniendo con sus manos las de Eijiro en un intento de que dejara de desabrochar los botones de su camisa. - Eijiro, no. No quiero, para ya.
Feromonas agrias comenzaron a salir del cuerpo de Izuku, alertando a Kirishima quien en respuesta liberó las suyas en un intento de calmar al menor, lo cual fue contraproducente ya que solo hizo que el olor de su esposo se intensificara. Entonces el Alfa se apartó levemente, en silencio mientras observaba a su marido temblar.
Izuku piensa que estar junto a Katsuki se siente como estar en un campo de dientes de león, pero estar en una misma habitación con Eijiro se siente como un campo lleno de hiedra venenosa y espinas.
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1257 palabras.¡Hey! Actualización cortita. Realmente no planeo extender mucho el fanfic, las historias que escribo nunca pasan de los quince capítulos. Pero eso no es lo importante, cuéntenme ¿Cómo se encuentran? ¿Están teniendo un día agradable?.
Dandelions- Ruth B.
- "'Cause I'm in a field of dandelions wishing on every one that you'll be mine."Personalmente odio esa canción, pero creo que no había mejor canción para describir cómo es que Izuku está comenzando a sentirse por Bakugo y Bakugo por Izuku. Pero ¿Qué opinan ustedes? ¿Qué piensan de este capítulo? No sé cuántos capítulos quedan, pero sí sé que les agradezco mucho por sus comentarios, son personas muy agradables y lindas 💗
Espero que estén teniendo un buen día, este autor se despide. Besos y abrazos virtuales.
-Dxmian
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Me and my husband [KatsuDeku]
Fanfic[Omegaverse KatsuDeku] Izuku sabe que su esposo lo engaña, pero separarse de él le resulta difícil.