Grandes manos sujetaban sus muslos, amasando la carne con fuerza mientras los besos húmedos eran repartidos por su torso, bajando hasta su vientre. Izuku gimió hechando su cabeza para atrás mientras arañaba los hombros ajenos, jadeando y gimiendo de forma lastimera por más, sintiéndose desesperado cuando la humedad resbaló desde sus glúteos, manchando las sábanas debajo suyo. Le era imposible hablar, apenas podía soltar pequeños gemidos con el nombre de su amante mientras su saliva escurría de su boca.
-Kacchan...- Gimió cuando los besos sobre su vientre dejaron de bajar, por lo que arañó la espalda ajena en forma de protesta. Pronto el Alfa tomó con más fuerza sus muslos, alzando sus piernas sobre los hombros anchos y musculosos sin ninguna consideración, entonces por fin pudo ver los ojos de color carmín bañados en lujuria, junto a la sonrisa ladina que se burlaba de su desesperación mientras se inclinaba para darle un beso, es entonces que sus narices chocaron, el aliento de Katsuki se sintió caliente sobre su boca, casi rozando sus labios, acortando cada vez más la distancia hasta que despertó.
Izuku se levantó de golpe en la cama, con su corazón saliendo tan rápido que sentía que se le iba a salir del pecho y su rostro sonrojado hasta el nacimiento del cabello. A su lado alguien se movió, pero estaba tan absorto pensando en el sueño que ni siquiera le prestó atención, llevando sus manos a su rostro por lo avergonzado que estaba por haber soñado algo tan inapropiado. Todo su cuerpo temblaba, mientras que sus pantalones se sentían húmedos.
- Despertaste de buen humor. - La voz de Kirishima provocó que todas sus emociones se apagaran de forma rápida, como si le hubieran hechado un balde de agua fría en el cuerpo. Se levantó de la cama, corriendo al baño para encerrarse cuando sintió una de las manos ajenas intentar filtrarse bajo su camisa.
Se dió una larga ducha. Ese día no había podido ir a correr con Katsuki, ya que este tuvo que estar de guardia nocturna en el hospital, así que tendría que estar llegando a su casa en algunos minutos, más tarde, también había prometido asistir a la fiesta de cumpleaños de Kenji. Golpeó suavemente sus mejillas, intentando no pensar más en su sucio sueño mientras salía de la bañera.
Su esposo no estaba en la habitación cuando salió del baño, por lo que pudo vestirse con tranquilidad, escogiendo un conjunto casual pues quería evitar tener que cambiarse de ropa para salir más tarde cuando fuera a dejar a su hijo a la escuela. Bajó con calma a la cocina, sin decir nada cuando vió a Eijiro cocinar el desayuno, ni siquiera recordaba la última vez que él Alfa de había metido a la cocina para hacer algo más que comer.
-Mas tarde es la fiesta de Kenji. No lo olvides, le prometiste que estarías aquí con él. - Fue lo único que le dijo Izuku mientras se sentaba en la mesa, sacando su celular al sentir la vibración del mismo, encontrando un mensaje de parte de Katsuki con una fotografía de él con los ojos llenos de ojeras y un café en la mano, desde la perspectiva, se podía ver su casa. Mordió su labio ligeramente para evitar sonreír, mientras respondía el mensaje diciéndole buenos días.
-Claro que no lo olvidaré, lo prometo de nuevo y está vez te lo prometo a ti. Amor, estaré aquí para cuando Kenji regrese del jardín de niños. - Eijiro le sonrió en grande a su esposo, acercándose para darle un beso en la mejilla antes de servirle el desayuno. - Iré a prepararme para ir al trabajo.
Izuku suspiró, mientras se levantaba sin tocar el desayuno, para ir al refrigerador a sacar un pequeño cupcake decorado con betún blanco y chispas de colores, luego del gabinete sacó una pequeña vela de cumpleaños que puso en medio del pastel, subiendo las escaleras hasta la habitación de su hijo, encendiendo la vela antes de entrar con cuidado, mientras cantaba con voz baja la canción de feliz cumpleaños, sentándose en la cama mientras movía ligeramente a su pequeño, que tras unos segundos despertó, tallando su ojito mientras ponía una sonrisa adormilada.
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Me and my husband [KatsuDeku]
Fanfiction[Omegaverse KatsuDeku] Izuku sabe que su esposo lo engaña, pero separarse de él le resulta difícil.