Luna
Eché mucho de menos a los chicos, pero la noche cayó y todos nos fuimos a nuestras casas.
Olivia no parecía tan insoportable al fin y al cabo. Hace buena pareja con Pablo, el cual se fue sin siquiera despedirse porque estaba cansado. O eso quería hacernos creer pero yo, por muchos años que hayan pasado, sigo conociendolo y sé que no ha sido por eso. Ha sido por el último yo nunca que dije y mi parte más egocéntrica quiere creer que también por hablar de Charles.
¿Por qué solté eso en el yo nunca? Porque realmente me dolió ver que él no bebió cuando dijeron lo de haberse enamorado y sé que es algo del pasado que debería estar superado. Pero... ¡Venga! Seguro que alguna otra persona hubiese hecho lo mismo.
Aunque al final va a ser verdad eso que dicen, siempre hay uno de la relación que siente más que la otra persona.
Las semanas siguiente las pase de arriba abajo. Con entrevistas, empaquetar las cosas para la mudanza, recibir otras cosas que me dejé en París, visitar el estadio para hacer el anuncio de mi llegada en las redes sociales del club, promociones... Estuve tan ajetreada que el tiempo se me pasó volando y ya estaba esperando a Charles en el aeropuerto.
Miré el reloj, quedaban 5 minutos para que saliese por la misma puerta por la que yo salí hace unos días y estaba verdaderamente nerviosa. He echado mucho de menos al parisino estos días. Encima viene para ayudarme con la mudanza y estrenaremos la casa juntos. Será algo especial para mi porque es mi primera casa propia y compartirlo con él me genera pequeñas mariposas en el estómago.
¿Cómo habría sido si en vez de el francés fuese con Pablo con quien la estrenaba?
Esa pregunta duró media milésima de segundo. Vi una cabellera corta y castaña clarita que captó mi atención. Ahí estaba. Con sus brillantes ojos azules.
—¡Mon amour! —dijo en cuanto me vio.
Nos fundimos en un cálido abrazo y después me alzó dando una vuelta para después besarme. Acepté gustosamente esos labios que me cautivaron desde el primer dia con un ligero sabor a menta.
Un detalle que no os he contado, es que Charles sabe hablar mucho español, de forma bastante fluída. Por lo que hay veces que hablamos entre nosotros en francés o en español, es igual, nos entendemos indistintamente.
—¿Qué tal el viaje? —cuestioné mientras nos dirigíamos al coche.
—Muy bien. ¿Qué tal tu vuelta? —su castellano con acento francés me volvía loca.
—Muy bien. —sonreí.
Nos montamos en el coche y fuimos directamente a mi nueva casa. Hubo alguna que otra persona que nos sacó fotos, pero no le dimos importancia. Estábamos bastante acostumbrados ya en París, él es un empresario reconocido de allí y yo, bueno... Ya lo sabéis.
Estaba muy emocionada por este cambio en mi vida. Es como cuando me fui a París pero a la vez no, porque esta casa la he comprado y pagado con mi dinero, es mi propia casa y es fruto de mis esfuerzos y ahorros. Definitivamente creo que ha sido una de las mejores inversiones que he hecho en mi vida.
La casa era muy amplia y con un concepto de espacio abierto. Todavía faltaban muebles por llegar, pero os voy a dar una pequeña perspectiva. Toda la casa tenía el suelo de un gris clarito haciendo efecto madera y las paredes blancas, alguna habitación la cambiaré de color para que no sea tan monótono. La idea es que los muebles combinen entre ellos y que, por supuesto, haya naturaleza plasmada en la casa, aunque sean plantas falsas.
La cocina era lo que más me gustaba. Tenía una isleta grande en todo el centro, y la mezcla del oro con el negro y mármol blanco hacían una fusión preciosa. Literalmente parecía las típicas cocinas de los catálogos. Esta, conectaba con el salón, que tenía grandes ventanales desde el suelo hasta arriba uniéndose así con la parte superior de la casa.
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Thinking about you; p.gavi
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE INEFABLE ¿Cuántas veces nos habremos pensado a la vez? La vuelta siempre es bonita pero dura. Dejas atrás muchas cosas que han formado parte de ti dutante dos años, pero vuelves más fuerte que nunca al lugar donde naciste y donde se...