Gavi
Desde esa noche sigo teniendo una pregunta en mi cabeza que no sale, no cesa, no tiene respuesta porque seguramente sea algo no preciso de asegurar.
¿Cuántas veces nos habremos pensado a la vez?
Una, dos, tres ¿Diez veces? ¿Veinte? ¿O desde el día que se fue no hemos pasado ni un segundo sin hacerlo?
Yo sé que lo confesé, pero también ha sido ella la que me lo ha confesado a mi. Ahora, la verdad es así: Solo nos lo hemos dicho estando borrachos. Ni siquiera nos hemos atrevido a decirlo con todos nuestros sentidos al cien por cien y con la verdad de frente. Y eso, de ninguna de las maneras esta bien.
¿Por qué no nos atrevemos a hacerlo sobrios?
Esa noche dejé que se durmiera y cuando noté cómo su respiración fue siendo más y más pesada, me levanté y me fui. Al día siguiente no hablamos, pero porque ella no contestó a mi mensaje de: "¿Qué tal estás?" No, en esa pregunta me gané un visto que aún logro sin entender y menos después de la pregunta que me hizo estando prácticamente en el quinto sueño. Tampoco era plan de presentarme en su casa y evidenciar que estoy molesto por su actitud, porque supuestamente ya somos adultos ¿No? Vale que nos queda mucho por vivir y experimentar, pero creo que nos conocemos lo suficiente como para... No sé, dialogar bien las cosas.
Aún no la he visto. Seguramente esté haciendo cualquier cosa con su equipo técnico o ha llegado más tarde.
—¡Renacuajo! —oí esa voz que hacía tiempo no escuchaba.
—¡Míster! ¿Qué tal? ¿Todo bien? —cuestioné mientras nos apretabamos la mano y nos dábamos una palmada en la espalda.
Aún quedaban dos horas para que empezase el partido y al parecer, Luis ha entrado al terreno de juego para visitarnos.
De Luna aún no sé nada, por si os lo estáis preguntando.
—Bien, bien —se cruzó de brazos como era habitual en él y después de analizar el campo, volvió a hablar—. ¿Cómo lo llevas?
—¿El qué?
—Su vuelta. Sé que soy su tío pero no soy tonto. Lo que tuvisteis fue algo fuerte y que sea ahora quien te esté entrenando... —dijo obvio.
¡Qué raro se me hace! A Luis siempre, siempre, siempre, lo he visto como mi entrenador y como alguien con el que no hablar cosas privadas hasta que empecé con ella. Desde ese momento seguía siendo raro pero al ser parte de su familia, no lo era tanto.
—Estamos... —paré para buscar exactamente las palabras.— Estamos intentando que sea lo menos extraño posible.
Asintió sin preguntar nada más y gracias a Dios, desvió el tema hacia cosas de fútbol. Como ya estoy acostumbrado, no me pareció sorprendente que me echase un poco la bronca por mi actitud estos últimos años, sobre todo días.
Debería de llegar un punto en el que hacer oídos sordos sea una muy buena opción, pero esta vez, que me lo dijese ella y él, fue distinto. Ni siquiera cuando me lo decía mi hermana o alguna vez mi madre, me importaba. Lo que pasa es que ahora estamos hablando de dos personas que son determinantes en mi vida y no solo hablo de una de ellas fuera de campo, si no que futbolísticamente Luis es seleccionador y confía en mi para representar al país, pero también me lo tengo que ganar y Lu, simplemente sé que tiene un temperamento suficientemente alto como para hacerme chupar banquillo de un día para otro el resto de temporada.
Decidí entrar al túnel de vestuarios cuando más gente del staff se acercó a nosotros, a Luis, más bien. Como no pintaba nada en a conversación, me escapé con la excusa de que teníamos una reunión o no sé qué con Luna. A Luis, por suerte, no le pareció raro. A ver si vamos a tener una charla de verdad y yo no me he enterado, cosa que no me sorprendería para nada...
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Thinking about you; p.gavi
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE INEFABLE ¿Cuántas veces nos habremos pensado a la vez? La vuelta siempre es bonita pero dura. Dejas atrás muchas cosas que han formado parte de ti dutante dos años, pero vuelves más fuerte que nunca al lugar donde naciste y donde se...