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Gavi

—¿Cómo?

—Sí, ¿Crees que la importará?

—Teniendo en cuenta que no has dicho cuál es el plan principal y se va a plantar en tu casa porque la has invitado, no. Pero también puede salir corriendo.

—Gracias por tu sinceridad, Rubén. —rodé los ojos.

—Eh, que has sido tú el que me ha pedido opinión. —amenazó.

¡Cómo se nota que tienen la misma sangre y son hermanos! Mi idea no es nada descabellada, bueno, tal vez un poquito sí. Simplemente he pensado en preparar una cena especial con ella, aunque también estará mi familia y mis primos, y mis tíos también... Porque sí, todos han decidido venir a verme a la vez y por ende, tengo que preparar una especie de merienda que sustituye también a la cena. Y no, no sé cocinar, sé lo suficiente como para sobrevivir yo solo pero jamás he preparado una tarta. ¡Y MENOS UNA DE ARÁNDANOS! Que, ya por mi cabezonería, la voy a hacer de eso porque sé que a ella la encantaban. Espero que siga siendo así. Creo que estoy arriesgando mucho, siento que nuevamente intento conquistarla después de dos años pero todo es tan diferente y mucho más intenso.

La tensión que existe entre nosotros es evidente, ya no digo en el ámbito de los enfados porque al final... somo como el perro y el gato, sinceramente. Desde que nos hemos visto, ninguno de los dos sabe siquiera si nos odiamos o seguimos teniendo una pequeña chispa. Pero... por lo que pasó el otro día... No soy el único que piensa que tengo una oportunidad, ¿no? Siento como si tuviese 18 años otra vez y acabo de cumplir 21.

—¿Entonces, crees que...

—Gavi, relájate, hermano. Mira, para que se vaya estando toda tu familia, mucho la has tenido que liar. Puede que la sorprenda pero se espera que estéis toda Andalucía allí, se lo ha dicho a Claudia.

Resoplé son ganas. Me estoy comiendo demasiado la cabeza el día de mi cumpleaños y aún no sé ni si va a venir. Teniendo en cuenta lo que me ha dicho Rubén, sí que vendrá. ¿No? Me rasqué la nuca nervioso y opté por colgar despidiéndome del que era mi cuñado en su momento. ¿Os imagináis que lo vuelve a ser?
No sé si será porque es mi cumpleaños o porque tenerla otra vez tan cerda de mi me altera las hormonas y me pongo más contento. Aunque sí, os voy a confesar una cosa...

Me llené de celos al ver cómo se puso cuando tumbaron a Pedri, claro que, por una gran parte, me preocupé. Estamos hablando de mi mejor amigo y por supuesto me asusté cuando vi que no se levantaba, pero... ¿Ver cómo se preocupaba tanto? Estuvo pendiente de él incluso cuando ya sabía que estaba bien. Lo sé porque a pesar de que ser defensa no me disgustó y estuve bastante centrado, cuando miraba al banquillo la veía hablando con los médicos del club. Así que, está claro que era por él.

¡Agh! ¡Es que a pesar de que haya pasado tiempo desde que se liaron, no lo supero! ¡Lo siento! ¡Pero es la verdad!  Por lo menos sé que no tienen nada entre ellos porque Pedri está conociendo a alguien. Ya lograré sonsacarle algo para que me confiese quién es.

—Voy a creerme cocinero hasta que empiece a venir la gente. Gracias, Rubén.

—De nada. Y recuerda que ya os enamorasteis una vez siendo críos, ahora pensad como adultos.

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¿Alguna vez os habéis puesto a cocinar una tarta de arándanos? Bien, pues no la hagáis nunca, ¡¿EN QUÉ CABEZA CABE QUE TENGAS QUE CORTAR LINEAS DE LA MASA PARA PONERLO ENCIMA?! ¡¿O COCINAR ANTES UNA SALSA DE ARÁNDANOS?! ¿Dónde está el típico bizcocho de limón cuando uno lo necesita? Seguro que es más sencillo decorar por encima con una velita donde pongo 21 y así acabo antes. Menos mal que los canapés los he pedido ya hechos y solo es una tarta lo que tengo que hacer, porque llega a ser una merienda entera para tanta gente y mañana acabamos con intoxicación estomacal en el estómago y en el hospital.

Thinking about you; p.gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora