Infierno

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Toya ahora sabía lo que tenía que hacer; sin embargo, una cosa era saberlo otra muy distinta era llevar su deseo a cabo puesto que su padre muy probablemente ni siquiera le deje intentarlo, pero pese a ello va a intentarlo las veces que sean necesarias, la idea en si mismo no le causa una gran alegría, pero dado que el mismo decidió complicarse la vida no le quedaba de otra mas que seguir adelante con su plan a corto plazo.

Después de todo con pasos pequeños se pueden lograr grandes cosas.

Caminando cansado a su habitación después de un largo y aburrido día de clases Toya estaba constantemente pensando como convencer a su padre, no es que quiera conversar con él, de ser posible ni siquiera miraría una pintura o foto suya pero desgraciadamente viven en la misma maldita casa que tantos traumas le a causado a la familia de los Todorokis, mirando el suelo como si fuera la cosa mas interesante del mundo no se percato que iba a chocar con su hermana la cual en cambio estaba leyendo una lectura de ficción histórica.

Y por supuesto ambos hermanos chocaron, dos niños cayeron al suelo de golpe, un libro dando un golpe al suelo y los quejidos de dolor de ambos no se hicieron esperar, ambos niños levantaron la vista mirándose entre ellos como si se hubiesen traicionado de alguna manera.

"Deberías mirar por donde caminas y no estar tan concentrada en un libro viejo y aburrido" exclamo el mayor de los dos hermanos un tanto molesto y con dolor en el trasero por culpa del golpe que se dio.

"El hecho de que yo sepa disfrutar de una buena lectura y tu no, no es mi culpa en lo más mínimo hermano, además no todo es mi culpa por que hasta donde yo sé tú tienes buenos reflejos" respondió la mas joven mirando al de mayor edad con desafío en sus ojos, si había algo que defendía eran sus preciados libros "entonces no hay razón para que no hayas podido esquivarme a menos que tu mismo no hayas estado prestado atención a tus alrededores claro esta" terminado de hablar la joven asintió para sí misma mientras seguía mirando a su hermano, ahora con el libro entre sus brazos.

El mayor de los hermanos suspiro cansado su hermana no se estaba equivocando en su razonamiento después de todo, levantándose del suelo porque ambos hermanos seguían tirados en el suelo, estiro la mano en dirección a su hermana con una pequeña sonrisa, su hermana gustosa acepto la ayuda con una sonrisa propia entre sus labios.

"Sabes puedes ser bastante fiera cuando te lo propones hermanita" la hermana en cuestión solo pudo sonrojarse de vergüenza ante las palabras dichas por su hermano "aunque es como ver un gatito bufándole a un perro de raza grande la verdad" termino de hablar el mayor con una sonrisa, como repuesta obtuvo un golpe en su brazo derecho propiciado por su hermana menor que ahora le miraba molesta.

"Aunque me gusten mucho los gatos no soy uno" arrugando un poco la nariz la menor negó con la cabeza "aunque conociéndote tu prefieras los pájaros"

"No, ya no me gustan mucho que digamos" su hermana miro a su mayor un tanto confundida "los conejos y los gatos ahora me gustan más" su hermana soltó un suspiro de burla, pero no dijo más.

Estos últimos días los tres hermanos de Toya han ido agarrando mas confianza con su hermano mayor y por consiguiente son mucho mas habladores y bromistas de lo que el mayor recuerda en sus memorias del antiguo pasado, no es que se este quejando mucho que digamos, tener personas de confianza rodeándote sin tener que preocuparte de morir es algo agradable le da una sensación que había olvidado hace muchos años atrás, paz.

No es algo que vaya a decir en voz alta pero el joven está comenzando a disfrutar pasar tiempo con sus hermanos, aunque siempre es el quien tiene que andar cuidando a los mocosos, tanto por que su hermano mayor y porque técnicamente hablando ya es un adulto no con la mejor moral, pero un adulto, a fin de cuentas.

De regreso al pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora