Capítulo 14

196 32 19
                                    

Nota: Esta historia, como todo lo que escribo, siempre va más allá de solo la relación que puedan tener sus protagonistas, así que agradezco a quienes han decidido quedarse a pesar de eso y con paciencia caminan junto a mí en este recorrido.

Gracias a todos quienes votan mis historias, me agregan a sus listas de lecturas y/o comienzan a seguirme a pesar de los tiempos de espera; pero sobre todo gracias a quienes se permiten un momento para dejarme un comentario o un mensajito, porque cuando regreso aquí y les leo, son ustedes, que, sin saberlo, me impulsan a no abandonar la escritura y me hacen sentir que vale la pena seguir haciéndolo. Mil gracias por la paciencia y la comprensión.


* * * * * * * * * * * * *


Lexa ha tenido un tiempo difícil enfrentando miedos y dolores que creía extintos, negándose y aceptándose, cayendo y levantándose, pero también ha sido un tiempo de redescubrimiento, de lecciones y aprendizajes.

Han pasado varios días desde que se mudó a la casa de su madre y lentamente comienza a adecuarse al nuevo lugar.

No ha sido fácil, por todo lo que encierran aquellas paredes, pero, inesperadamente, también, le ha sido de ayuda.

Es contradictorio lo qué le sucede, porque, así como su corazón se abruma y sufre con los recuerdos, a la vez va intentando sanar.

Allí existe una carga pesada que le ensombrece y le hunde, pero también un halo misterioso qué quiere iluminar su oscuridad y sacarla a flote.

No lo había sentido antes o quizás no se había permitido sentirlo.

Probablemente fue el blindaje con que traía su corazón el que no le permitió ver más allá de lo que sus ojos podían ver o la armadura que protegía su pecho lo que impidió que ese resplandor conectará con su alma.

Sin embargo, hoy, siente como una energía poderosa se escabulle por doquier, queriendo inundar cada rincón de su ser, para apaciguar el dolor y acariciar su corazón.

¿Será la presencia de su madre que intenta decirle que, sin importar lo que haya sucedido en aquel lugar, ella sigue estando y llenando cada espacio de aquel lugar, así como el de su corazón?

Es lo que quiere creer para inundarse de aquella energía y atesorarla para sí, porque es como como si, el espíritu de su madre, estuviese escabulléndose en su corazón para consolarlo y abrazarle en aquellas noches tormentosas; arrullándole y meciéndole, como cuando era una niña, para llevarse todos los males que le atormentan.

Desearía que no solo fuese un sentir y realmente pudiese volver a experimentar, en carne propia, esa la seguridad que encontraba en sus brazos; cuanto no daría por volver a escuchar la calidez de su voz o ser testigo de la paciencia de su corazón.

Nunca antes se permitió sentir la ausencia, ni el extrañar, de tal manera, por temor a quedar perdida en la soledad y atrapada en el dolor que significaba, pero, estar allí, y experimentar todo ese tumulto de emociones respecto a su madre, le está enseñando a no temerle al sentir e incluso, se ha permitido extrañar a su padre.

Aunque, quizás lo que extraña es esa idea de familia que tenía tan idealizada cuando era tan solo una niña, porque después que aquel circulo seguro se rompió, nunca más volvió a sentirse parte de algo y un vacío profundo socavo su interior; uno que ninguna cantidad de tiempo pudo llevarse, ni ninguna persona o cosa pudo llenar en lo más mínimo.

Conscientemente se acostumbró a evitar la cercanía o conexión emocional con las personas, y a pesar que con el tiempo logró construir relaciones personales y desenvolverse sin problemas socialmente, siempre se mantuvo en un límite seguro y resguardada con un fuerte escudo protector.

Un viaje inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora