NUEVE

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Erin coloco el crack sobre un pedazo de vidrio roto que sacó de su espejo (luego de dejarlo caer al ver que nunca podía ser hermosa como tanto deseaba). Así que tomó una navaja de afeitar, la cual robo del baño de sus padres. Comenzó a romper la piedra y comenzó a formarse el polvo blanco. Lo pensó unos cortos minutos, no quería ser una adicta, pero a la vez quería saber lo que se siente, quería sentirse diferente. Así que separo un poco de crack hacia un costado y con un billete lo inhalo rápidamente. Le pico la nariz y sintió una rara sensación en la cabeza, como un pequeño golpe interior o como si hubiera miles de cucarachas caminando por su cerebro. 

Sonrió al ver que Ashton la miraba, él vio como se drogaba dentro del auto. Erin guardo la droga de nuevo en la bolsa y oculto el espejo roto bajo el asiento del auto. Ashton se acercó a ella y acomodó su cabello, se agachó y acerco su rostro a la ventanilla baja. Él olía a perfume de hombre, hermoso. Y ella lucía su maquillaje corrido. 

-¿A quien intentas impresionar?

-A nadie-Respondió Erin mientras sus manos sudaban de los nervios.

-No puedes drogarte por primera vez antes de entrar al instituto.

-No es la primera vez que me drogo-Se excusó la chica, luciendo tensa mientras Ashton seguía sonriendo.

-No me mientas. Ahora tendré que quedarme contigo porque comenzarás a tener demasiada ansiedad, Erin.

-No hace falta que me cuides, puedo sola, regresaré a casa, estaré bien. ¿Como sabes mi nombre?-Se sorprendió la chica.

-Sé tu nombre desde que el director lo gritó a los cuatro vientos mientras te regañaba, por cierto fue bastante impresionante y... no puedes manejar drogada.

-Fue solo una inhalación.-Volvió a decir Erin.-Además Maggie se enojara.

-Maggie no me ama-Respondió Ashton, triste.

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