Capítulo VI: Es díficil decirle adiós a los recuerdos del ayer (VI parte)

25 7 7
                                    

Las familias de las cuarenta víctimas que habían fallecido en el tiroteo comenzaron a ser ubicadas por el personal en las sillas plegables que estaban frente a la tarima, donde el coro femenino de Las Musas estaba ensayando para su gran momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las familias de las cuarenta víctimas que habían fallecido en el tiroteo comenzaron a ser ubicadas por el personal en las sillas plegables que estaban frente a la tarima, donde el coro femenino de Las Musas estaba ensayando para su gran momento. El tigre Falcon, el peluche gigante que solo se utilizaba para ocasiones especiales, posaba detrás de los numerosos arreglos florales, con esa majestuosidad que caracterizaba al animal de carne y hueso. 

Cuando concluyó el funeral, el público se dirigió al terreno baldío que estaba al lado; lo habían comprado a un precio bastante barato. Se había mencionado durante la previa ceremonia que ahí se planeaba construir un memorial para las víctimas. Se tuvieron que desviar tomando un camino más largo, para evitar pasar por las instalaciones que habían sido destruidas por el incendio, por respeto a las familias de los fallecidos. Al llegar al lugar, las personas se reunieron en un gran círculo, y el coro siguió cantando al estilo gospel otra canción de los Boyz II Men, It's Hard To Say Goodbye to Yesterday, que hablaba sobre los recuerdos del ayer, lo que hizo sentir a todos más emotivos.

Leah tuvo que pedirle a Dave de camino al terreno, que hablara por ella, y él accedió. Luego las familias de los afectados sacaron las jarras con las cenizas de sus seres queridos. Las madres avanzaban despacio para volcarlas en el lugar que habían escogido para dejar los restos. Además, plantarían cuarenta árboles en esos hoyos; así, cuando estuvieran lo suficientemente grandes, se haría un hermoso bosque y seguirían viviendo en sus corazones. Se les había permitido visitarlos cuando quisieran. Comenzarían a recaudar fondos para trasplantarlos, una vez que se hubiese terminado de construir la zona del memorial que los inmortalizaría.

Algunos curiosos de las comunidades aledañas que habían seguido el caso sostenían carteles, que mostraban ante las cámaras mientras se quejaban de la NRA, expresando que les valía lo que dijera la segunda enmienda si otra alma inocente pagaba con su vida, como había sucedido hacía dos años, en Columbine, Colorado o el de la secundaria Heath en 1997.

Algunos curiosos de las comunidades aledañas que habían seguido el caso sostenían carteles, que mostraban ante las cámaras mientras se quejaban de la NRA, expresando que les valía lo que dijera la segunda enmienda si otra alma inocente pagaba con ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego del entierro, los padres de los cinco supervivientes —entre ellos, los papás de Jake Bates, el excapitán del equipo de atletismo—, se sentaron en una mesa para empezar a recaudar fondos junto a las otras familias. Damon se acercó hasta ellos y echó todos los billetes que pudo en honor a su compañero. Holly, la mamá de Jake, le agradeció por la generosa colaboración. Él asintió con la cara arrugada por la claridad del sol que le estorbaba, y atisbó que uno de sus amigos estaba viéndolo de manera despectiva. Enarcó una ceja y sacó de su billetera otros billetes en honor a otros chicos. Las fotos de los difuntos estaban pegadas en el centro de la jarra con un pequeño mensaje, con las iniciales de cada uno, que decía: «Hazlo por ellos, diles no a las armas. Gracias por tu donación»

Un amor más profundo que el océano - [borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora