El profesor se levantó del escritorio, avanzó hacia adelante y puso las manos en el pupitre. Dash estaba sentado adelante; movía las piernas debajo de la mesa, y agitaba la punta de lápiz. El hombre había acabado de pasar asistencia y había expresado su emoción por salir de vacaciones. Estaba terminando de pasarle un trapo al pizarrón, dándoles un tiempo para poder comenzar. Tenía la tiza entre los dedos; a veces el polvo que soltaba, le provocaba una alergia en la nariz. Se movía por entre los asientos de los alumnos, atento. Reparó en su presencia, con una mirada serena, mientras giraba hacia la pizarra. Iba a comenzar a darles toda la práctica que pudiese; esperaba poder servirles como una guía. Aparte de la voz del profesor, las aspas de los ventiladores era lo único que se escuchaba adentro.
Cuando terminaron de escribir, les solicitó que le pusieran atención, a lo que estaba explicándoles. Algunos de sus compañeros solo se limitaban a grabar lo que iba diciendo, otros resumían.
Como sabía que tomaba la participación, como parte de la nota final, Dash levantaba la mano. Escuchó algunas risas de gente inmadura que pensaba, que se creía el más inteligente. Si se equivocaba, apuntaba lo que el profesor decía, en una de las esquinas para no olvidarlo. No se preocupaba por lo que creyeran; si no lo demostraba con acciones, no habría cuándo hacerlo. Quería retarse a sí mismo, en creer que era capaz de volver a ganarse el derecho a regresar. Entre sus explicaciones, a veces rememoraba ciertas experiencias en su etapa de adolescencia.
Él expresó su preocupación, sobre el paradero de ciertos alumnos, cuyos pupitres permanecían desolados desde hacía mucho, cuando la época de pruebas estaba pisándole los talones.
Los estudiantes se encogieron de hombros y se vieron entre sí, rellenando el vacío de sus dudas.
—A mí lo único que me dijeron sobre Avery, es que su salud está delicada por un enfrentamiento que tuvo con una pandilla rival, hace unos días.
—Erick tomó la decisión de retirarse, por la pérdida de su familia. Con tan solo unos meses de diferencia entre uno y el otro, continuar con las clases, lo estaba haciendo sentir miserable.
—Jessica, se fue porque de por sí, ya sabía que iba a reprobar el año, entonces no le veía sentido a seguir esforzándose. Poco después del tiroteo, comenzó a darle ataques de pánico con frecuencia y en situaciones específicas. También siempre se la veía a la defensiva y muy irritable, porque no dormía bien. Entiendo que su familia llegó a un acuerdo con la directora, o algo así, pero no sé nada más.
—Seguro ahora les dijeron qué se celebra este mes, ¿verdad? —Los estudiantes asintieron y le comentaron al profesor que ya lo sabían desde la merienda—. Correcto. En mayo se celebra la concientización sobre la salud mental. Cada profesor tendrá la obligación de tomar un par de minutos durante sus clases para reflexionar sobre esto y hacer algún ejercicio. Vamos a estar entregándoles un material informativo para que lo analicen y lo lleven a casa. Creo que el equipo de Psicología y Nutrición ha hecho un arduo trabajo, al manejar todo esto.
ESTÁS LEYENDO
Un amor más profundo que el océano - [borrador]
Ficción General🏅FINALISTA DE LOS PREMIOS WATTYS 2022 EN LA CATEGORÍA DE NOVELA JUVENIL. 💜 III BORRADOR DE LA NOVELA Fairview no es un pueblo normal y corriente, allí no hay direcciones, ni alumbrado público. Por todas sus calles y edificios se extiende un aura...