Evie Branwell es una de las mejores shadowhunters del Instituto de Nueva York, siempre sigue las leyes y hace bien su trabajo. Pero, ¿qué pasará cuando un familiar suyo del pasado venga a provocar muchos problemas? ¿podrá superar los obstáculos? ¿qu...
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*Narra Evie*
Empecé a abrir mis ojos para encontrarme con mi hermana a un lado mío sosteniendo mi mano.
-Despertaste - habló Lydia con la voz rasposa, cómo si estuviera despertándose.
-Lo lamento, ¿tanto los asusté como para que vengan de Lisboa? - pregunté mirándola.
-Eres mi melliza, Evaline, así te raspes la rodilla me voy a preocupar por ti - respondió ella acomodando mi cabello detrás de mi oreja.
-¿Dónde está Alec? - pregunté.
-Lo mandé a dormir, se notaba cansado - respondió.
-¿Y Isaac? - pregunté nuevamente.
-Lo eché en cuanto me enteré de todo - dijo ella y rodé los ojos.
-Llámalo, debe estar preocupado - dije sonriendo y ella asintió para hacer lo que le pedí.
Unos minutos después, Isaac ya estaba en la enfermería pidiéndome disculpas por lo tonto que era.
-Tranquilo hermano, estamos bien - dije poniendo mi mano en mi vientre, notando que el bebé estaba inquieto, pateando.
-¡Gracias al Ángel! - dijo Isaac dejando un beso en mi frente y otro en mi vientre, recibiendo una patada - ¡Auch! Casi me disloca la mandíbula - dijo y miré a mi hermana para empezar a reírnos los tres, como en los viejos tiempos.
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Ya me encontraba mejor, asi que fui con Isaac a la casa de su nuevamente novio, Magnus Bane. Lydia y John aprovecharon y fueron a recorrer Nueva York para comprar cosas para mi bebé.
Jace tocaba la caja, buscando alguna forma de escapar.
-Es inútil que intentes escapar - habló mi Parabatai ingresando a la sala del brujo, seguida de Alec y yo - la jaula fue diseñada para un demonio mayor.
-No es muy amable encerrar a su hermano - dijo "Jace".
-Tu no eres nuestro hermano - respondió Alec, abrazando mi cintura - y no te pongas cómodo, porque lo traeremos devuelta.
