Capítulo 71

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"En estos momentos no sé si te estás disculpando por maldecir o con el teniente Almenara".

"No podría maldecir, a menos que me volviera loco en primer lugar..."

Oh

Kassel recordó exactamente qué palabras había citado Inés. Diatribas desagradables como: 'Cuando me llamas Escalante, no sé si me estás llamando a mí o a Miguel, que no está aquí'.

Impresionado de darse cuenta de que había sido citado, se dijo que ni siquiera tenía ganas de ganar. Por lo que cambió su actitud y empezó a escupir sus disculpas.

"Lo siento, lo siento por insultarte y por maldecir mientras decía que lo sentía, y lo siento por jurar de nuevo, Almenara". Como si Kassel estuviera hablando un idioma extranjero, escupió una disculpa tras otra.

Mientras José asentía con la mirada de muerte, en vez de una que aceptaba una disculpa, Inés sonrió levemente y miró a Kassel.

"Ves ¿no se te da muy bien?"

"Qué importa".

¿Qué tipo de sometimiento le habían hecho a su capitán? Sin darse cuenta, José miró sacrílegamente a su superior, y tan pronto como sus ojos se encontraron de nuevo, giró sus ojos dulces y apagados hacia el lado opuesto.

Inés seguía mirándolo con una sonrisa amistosa.

'Es tan diferente de los rumores' Para José, la persona que le daba la deliciosa comida y todas esas atenciones, además de las amables palabras, era básicamente una buena persona. La prometida de José, que sentía abierto deseo por Kassel, una vez le había contado sobre los rumores que se decían sobre Inés, una verdadera bruja, le había dicho. Muy pocas veces había coincidido con la bella esposa de su superior, pero ahora estaba frente a él.

¿Cómo podía ser que existieran tales rumores? Aquellos que se encontraron con Kassel al menos una vez, hablaban a sus espaldas sobre su desafortunado matrimonio con el cuervo de Baleztena. Independientemente de si se trataba de preocupación o sus ansias de ridiculizarla, el contenido era el mismo. Cómo un hombre tan guapo podría tener un hijo con una mujer tan lúgubre, cómo puede enfrentarse a una mujer de luto todas las mañanas y llevarse la comida a la boca, cómo puede vivir una vida asfixiante. Sin embargo, Inés Escalante, frente a él, no era tan lúgubre como un cuervo, sino una mujer hermosa con un vestido morado y brillante.

Tal vez si se hubieran conocido en un banquete, y si ella todavía estuviera soltera, y si le hubiera preparado comida deliciosa de esta manera y le hubiera sonreído... José, que debió quedarse sin presión, salió corriendo a la terraza a vomitar todo lo que comía.

O tal vez todo era un chantaje. Fue solo porque la cara disgustada de Kassel atrajo el espíritu de José a la sala nuevamente.

"Lamento haberte llamado bastardo, Almenara".

"No, no. Puede llamarme como siempre" Kassel frunció el ceño ferozmente, como si no se tratara de la persona que se había disculpado hacía poco.

"No te preocupes... Gracias a eso, pude saber un poco sobre la conducta externa de mi esposo".

"Si dices eso, estás mal entendida, Inés. La selección de palabras continúa desde antes"

"Entonces, ¿cómo llamas a tu conducta afuera? No importa... así que está bien. ¿José?".

"... ¿Sí?"

"¿Puedo llamarte José de ahora en adelante? Ya que ahora somos amigos." Esta vez, Kassel hizo una mirada de sorpresa. Después de mirar a Inés con ese tipo de expresión, cuando volvió a mirar a José, tenía una expresión de 'Si respondes que sí, vas a cagar palos'.

El anill0 r0t0: De t0d0s m0d0s este matrim0ni0 fracasaráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora