Capítulo 100

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La marquesa de Barca lo siguió y lo criticó a la ligera.

"¿Me estás ignorando después de que te ayudé?"

"Gracias. Sé que hay asuntos pendientes, pero tengo que irme ahora".

"Sí que eres ingenioso... Nada más tengo una petición."

"Dime" Kassel apenas se detuvo y miró al marqués de Barca, luego giró la cabeza para mirar a Inés como si estuviera poseído y luego miró al marqués como si hubiera recuperado la conciencia.

"¿Qué es?" el tono ocupado la instó como si hoy hubiera dejado la cortesía en casa, pero como si la marquesa lo supiera, miró a Inés, que estaba lejos de él, y sonrió extrañamente. Haciéndole una seña con una mano, le hizo un gesto como para pedirle que se inclinara.

Kassel se inclinó de mala gana mientras ella le susurraba suavemente al oído.

"El nuevo sirviente en tu residencia."

"¿... ... ?"

"Aquel... ese apuesto joven. Escuché que La señora Inés lo trajo del Castillo de Pérez ¿Cuál era su nombre?"

"Ese es Raúl Balán".

"¡Sí, Raúl Balán! ¿No podrías enviármelo a la residencia Barca por la tarde?"

"... ... ."

"Hay un asunto por el que me gustaría pedírtelo prestado"

Kassel sacudió la cabeza sin responder. Había un leve reproche en sus ojos hacia la marquesa. Era idea suya o sonaba a que le estaba pidiendo los favores sexuales del nuevo ayudante de casa. La marquesa se encogió de hombros.

"Mi esposo ha estado en la 3.ª Flota desde hace dos días. No volverá en una semana, pero sería un desperdicio... Mi mayordomo pierde el cálculo de vez en cuando, y quiero que Balan le eche un vistazo a los libros contables, sé que es muy inteligente."

¿Y por qué debería aprovechar la ausencia de su esposo para revisar los libros nuevamente?

Después de todo, traicionar al teniente no tenía sentido para él, pese a que tanto su mujer como él, eran impúdicamente abiertos en su relación. Sin embargo, que le pidiera como juguete a uno de sus empleados, quien además resultaba ser Balan, el perro más leal de Inés... Sí, era cierto que le resultaba molesto y aun quería deshacerse de él, pero tampoco quería arrojárselo a una mujer de mediana edad como un juguete sexual.

Sí, lo odiaba de pies a cabeza, pero era importante para Inés.

Kassel rascó una de sus orejas como si nunca la hubiera oído hablar de eso, un acto utilizado por los Orteguistas que significaba 'Mis oídos ahora deben de estar muy sucios porque he escuchado palabras sucias'.

"Me aseguraré de devolvértelo en buen estado. Mostraré mi sinceridad al capitán y a la señora por separado, y le pagaré mucho dinero a ese niño por su arduo trabajo. Por favor, préstamelo unos días."

"Yo ya pago su salario y la cantidad también es considerable. Así que no creo que necesite unos ingresos extras".

"Eso lo debe decidir el Sr. Balan. Puedo decir que él también estaba interesado en mí. Así que va a ser un descanso muy divertido. Después de todo, es solo un ayudante, ¿su residencia no estaba bien antes de que él llegara?"

"Pídaselo usted misma"

"¿Yo misma? ¿Quieres decir que puedo hacer lo que quiera?"

"Como dije, pregúnteselo usted"

"Eso es demasiado"

"Si no quieres hacerlo, no lo hagas".

Sorprendentemente Kassel mostró la sinceridad de preguntarle primero a Raúl Balán antes de mangonear como a un trapo al perro fiel de Inés. Por supuesto, que todo esto tenía que ser por ella.

El anill0 r0t0: De t0d0s m0d0s este matrim0ni0 fracasaráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora