Capítulo 101

4.2K 114 9
                                    

¿No era irónico pensar que era a la única que miraba desde el momento en que entró en la capilla? Inés había mantenido a aquella mujer bajo la vista y continuó vigilándola incluso después de que terminó la misa.

Un grupo de señoritas que rodeaban a Kassel estaban encantadas de verlo y a Inés le pareció un momento oportuno, pero lo cierto era que había pocas esperanzas, considerando los ojos de Kassel, que eran tan poco amistosos y fríos como los de un niño con muchos problemas.

Después de ello, Inés fue atrapada por el teniente Vervik justo antes de que la familia Coronado abandonaran la capilla. El teniente Vervik era un andrajo cuyo aspecto podía considerarse apuesto, pero, a fin de cuentas, Inés reconoció que era un andrajo gastado. Y comparado con Kassel, Kassel era como un trapo nuevo. Sin embargo, fue fácil pasar el tiempo con él. De hecho, estaba acostumbrada a que hombres estúpidos coquetearan con ella, pero eso no importaba porque ella era buena cortando sus intenciones, por lo mismo que no importaba lo que su sucia cabeza estuviera pensando.

El teniente Vervik era una persona que se llenaba la boca de sí mismo sin mirar las reacciones de los demás, e Inés tenía interés por conocer algunas cosas. En particular, si aquellos ojos llenos de resentimiento tenían alguna historia que contar acerca de aquella belleza rubia que no dejaba de mirar a la distancia y Kassel que parecía estar listo para acercarse en cualquier momento.

Pero lo que era más perfecto, era que aquella señorita expresaba con esos ojos brillantes cuánto la odiaba desde el momento en que entraron a la Misa. Y como si tratara de mantener su dignidad, calmó su rostro y miró a Kassel con todo el amor del mundo por un momento, y luego miró a Inés como si la odiara aún mucho más.

Es perfecta, me gusta...

"La señorita María Noriega es la nieta del coronel Noriega. Y esta es mi espo..."

"Inés de Baleztena. Siempre he querido conocerte, Inés. Tenía muchas ganas de asistir a su boda y al banquete, pero no pude asistir"

Y a menos que se tratara de plebeyos quienes no tenían ni compartían las costumbres de los nobles, sólo había dos razones en los que se omitía el título honorífico de una persona, una era si lo que pretendías era ser amigable o querías fomentar una buena amistad con la otra persona, y a otra... solo si querías ser grosero porque eras demasiado temperamental. Y teniendo en cuenta que María era una mujer agresiva y terca, solo podía tratarse de lo último.

Inés se deslizó lejos de los brazos de Kassel, donde había estado fuertemente atada a él. Fue un efecto inmediato que hizo que los ojos de aquella señorita se sintieran un poco más a gusto.

Echando un vistazo a Kassel y María Noriega que estaban cerca, Inés podía apreciar que se veían como una pareja perfecta. Y tal vez también era el deseo de María, pero la vida no siempre era como se suponía que debía ser.

"Si hablamos del coronel Noriega, por supuesto que recuerdo haberlo visto en el banquete."

"Oh... ¿te acercaste a saludarlo?"

"Es un hombre especial. Escuché que era el maestro de mi esposo".

Fue inspirador que la mujer a la que miraba se tratara de la nieta del coronel Noriega. No importaba cuán casado pudiera estar ¿no ignoraría a la nieta de su maestro verdad? Inés pudo ver algo de esperanza en la vergüenza inicial de Kassel. ¿Quizás era porque existía una historia escondida? Y si fuera así, sería fantástico.

Si existiesen hermosos recuerdos entre ellos dos...

"Ese día, asistió solo... No sabía que el coronel tenía una nieta tan hermosa. ¿Por qué no se presentó?"

El anill0 r0t0: De t0d0s m0d0s este matrim0ni0 fracasaráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora