Capítulo 15: Christopher

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El evento de hace unos minutos queda ignorado con la presencia de los recién llegados, la madre de Ángel no comenta nada al respecto

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El evento de hace unos minutos queda ignorado con la presencia de los recién llegados, la madre de Ángel no comenta nada al respecto. Aquí hay gato encerrado.

Mi loba gruñe y ruega que la deje libre para poder desgarrar la garganta de Natalia, la Mate de Marcos, en otras palabras la perra que no ha dejado de ver a mi Mate desde que entro por esa jodida puerta.

-Míralos -Me dice mi loba- Se miran como si fueran Mates, mira a Ángel, tiene los ojos clavados en ella, déjame salir, déjame arrancarle la garganta de un mordisco, lo voy hacer tan rápido que ni se dará cuenta.

La propuesta de mi loba suena tentadora, muy tentadora. Estoy cegada por los celos; y es que, ella tiene los ojos clavados en mí, como si me estuviera retando, Ángel los tiene en ella y yo tengo mis ojos en Ángel.

El pobre de Marcos nos mira a los tres para luego dejar su mirada clavada en Natalia. Todo mientras hablamos de comida, y mi loba solo se quiere comer la garganta de esa perra.

La idea de dejar que mi loba haga lo que quiere y arrancarle la garganta de Natalia se vuelve exquisita, pues sé que lo voy a disfrutar. Unos pasos me desconcentran, dirijo mi vista a la dirección del sonido y veo a la señora Judith llegar a nosotros en la sala.

-Ya pueden entrar al comedor, la comida está lista -Anuncia Judith y una vez dicho esto se encamino al comedor, yo me levante de mi asiento y le seguí esperando que Ángel me siga a mí, pero él se quedó, se quedó a esperar a Natalia.

-¡Ven déjame salir! ¡Déjame matarla! -Mi loba grita y rasguña en mi interior para dejarla salir, intentó controlarme, pero cada vez se hace más difícil.

Estoy a punto de ceder a su petición, estoy a punto de dejarle tomar el control de mi cuerpo y estoy aún más cerca cuando siento un dolor en mi cabeza y algo crece en mi boca, que mis dientes crecen.

-Son mis colmillos Layla -explica mi loba.

Sonrió con sadismo, a la vez que le comenzaba a dar el control de mi cuerpo, sin embargo el timbre de la casa sonando hace que vuelva a la realidad y miro en dirección a la puerta frunciendo el ceño, ninguno de los otros presentes se dignan a abrir la puerta, así que más confundida que antes me dirijo hasta el umbral para abrirle la puerta a quien sea que la este tocando.

El sentimiento de conocer al hombre que está a fuera de la casa me albergó. Es un hombre mayor, de unos cuarenta y tantos parece, pero estoy segura de que tiene muchas décadas más. Está increíblemente conservado, viste ropa semi formal y sus ojos barren toda la extensión de la sala; por un momento puedo ver un atisbo dureza en sus facciones, pero se va tan pronto aparece.

Miro a Ángel y veo un poco de enojo en su rostro, su mandíbula está ligeramente apretada. No puedo dejar de preguntarme quien es ese sujeto.

-¿Llegue tarde? -Pregunta con voz un poco ronca, pero apacible, esperaba que alguien responda, sin embargo nadie lo hizo, ni siquiera Judith.

Mi Ladrona (COMPLETA) (Versión Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora