Capítulo 33: Imprevistos.

508 46 10
                                    

Narración externa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narración externa.

El guardián que había obtenido una segunda oportunidad de vida y la joven licántropa que le acompaña, ambos se mueven con ligereza y gracia, más ella que tiene experiencia en este pueblo y lo conoce como la palma de su mano. Se esconden de los guardias que patrullan y poco a poco se acercan a su destino donde está todo listo para una boda… solo falta el novio.

Un olor a fresas que no salía de sus fosas nasales le estaba torturando, una presencia que hace casi semanas no siente se comienza a despertar en él. El sentimiento de que está haciendo lo incorrecto le invade con rapidez.

—¿Qué estoy haciendo? —Se pregunta una vez más mirándose al espejo.

Viste un traje digno de un novio. Sin embargo no se siente como uno, siente que no está dominando sus acciones, se siente como un títere. Mira a su Diosa quien le observa desde la ventana, una luna llena completamente blanca adorna el manto azul marino, ni una sola estrella le ayuda a embellecer el cielo, no lo necesita, su luz es suficiente para cumplir su cometido: sembrar dudas en Ángel.

—¿Natalia en verdad mi Mate?, ¿Está bien casarme con ella y hacer todo esto? —Sus ojos miran esperando una respuesta.

Un recuerdo pasa rápidamente por su mente, son unos preciosos ojos rojos pertenecientes a una joven, el sentimiento de besar los labios más dulces le ataca, en sus manos siente como si estuviera sosteniendo algo, siente como le halan el pelo de la nuca, aunque en realidad nadie lo está haciendo, solo es un recuerdo, un recuerdo olvidado… O quizás no tan olvidado.

—¿Estás listo? —A la habitación donde se encuentra Ángel, entra su mejor amigo, su Beta, Marcos.

—Sí, eso creo —expresa sinceramente a su amigo, nunca ha tenido secretos con él, aunque en esta ocasión ser tan sincero con su amigo no es una buena idea.

—¿Todo bien? —Interroga el recién llegado.

—¿Realmente estas cómodo con que me case con Natalia? —El rostro de su amigo parecía todo un poema trágico— Digo, ella era tu Mate, pero yo me voy a casar con ella.

—No te preocupes por eso —Marcos paso uno de sus brazos por los hombros de Ángel—, lo importante es que Natalia sea nuestra Luna.

A Ángel le pareció extraño ese comentario, pero no le dio tiempo a preguntar pues sintió un pinchazo en su cuello y una vez más sus dudas se disiparon, el olor a fresas desapareció, la presencia en su interior también lo hizo y los recuerdos con Layla una vez más quedaron olvidados.

La luna se asomaba de forma sigilosa, elegante, era fácil pensar que seguía en el mismo puesto que cuando comenzó a caer la noche, pero la Luna observa, observa a la futura pareja de casados, en unas horas ellos suponen unirse en matrimonio.

Observa a un chico que perdió su familia, lo observa y disimuladamente con su brillo le ayuda a encontrar el camino hacia la Antena de electricidad, el chico tiene que llegar hasta allá. Observa al chico, es demasiado joven para estar aquí, en esta guerra, pero su rencor le impulsa a ayudar al primer guardián y la mujer que le acompaña, junto el joven camina un humano, pero un humano especial, paso mucho tiempo con Layla y eso le dio un tipo de inmunidad al hechizo de Natalia.

Mi Ladrona (COMPLETA) (Versión Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora