Capítulo 35: El aullido.

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—¿Qué dijiste? —Preguntaron ambas féminas cuando oyeron a Ángel

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—¿Qué dijiste? —Preguntaron ambas féminas cuando oyeron a Ángel.

—Tu… tu nombre es Layla y yo te conozco —Comenzó a musitar el único hombre y Layla no dudo en acercarse y ponerse justo al frente.

—Ángel, soy yo ¿Recuerdas quién soy? —La esperanza comenzó a crecer dentro de Layla.

Tuvo que alejarse del lado de Ángel al sentir como una navaja se acerca a ella, el arma blanca pasó por su costado sin siquiera rosarse a ella o Ángel.

—Aléjate de mi esposo —Ordeno Natalia.

—Oblígame perra —Contraataco Layla, cruzándose de brazos y mirándola con autosuficiencia.

—Saquen a Ángel de aquí —Volvió a ordenar Natalia, esta vez refiriéndose a las mujeres que anteriormente estaban con ella.

—Natalia, esto no es parte del trato —Advirtió una de las mujeres apareciendo.

—¡Solo háganlo! —Layla volteo a ver a Ángel quien estaba totalmente desorientado, las mujeres a regañadientes se llevaron al hombre quien intentó en vano soltarse del agarre.

—¿Así que necesitas sacar a tu propio esposo en estas situaciones? Que lamentable…

Dejándose llevar por su impulso, Natalia arremetió contra Layla sin piedad logrando cortarle el rostro. Layla no se quedó con esa y usando la rapidez de Riana le encajo sus garras en su brazo izquierdo. Natalia grito y se alejó de Layla mirándola con odio.

—Debí matarte cuando tenías quince años, esa noche cuando mate a Miguel, debí matarte a ti también —El arma blanca de Natalia corto los costados de Layla haciendo que sangre saliera de ellos.

Natalia era rápida, casi no podía localizarla con la mirada, la magia que hay en su ser la convierte en un enemigo demasiado fuerte.

—No… —musito Layla tomando a Natalia desprevenida, la giro pegándola espalda de la mayor en su pecho— Debiste matarme cuando era una bebe, pero yo no seré como tú, no desaprovechare la oportunidad y te voy a matar.

De alguna forma Natalia se zafo del agarre de Layla. Ambas mujeres dan lo mejor de sí mismas, pero era obvio que Natalia lleva ventaja, tiene experiencia en batalla y maldad en interior, su ser se ha corrompido a tal punto que ya casi no queda nada que salvar en ella.

El grito de Layla retumbo en el bosque, una de las navajas se había clavado en su costado izquierdo, haciendo que pierda fuerza, Riana intentaba curarla, pero no era fácil, ella también estaba cansada y ninguna de las dos tiene suficiente experiencia en una batalla real.

—No seas ilusa, tú jamás vas a matarme, ni siquiera lo intentes.

Aprovechando que Layla está en el piso por el dolor, Natalia le escupió y golpeo enterrando aún más la navaja en su costado, haciendo que esta volviera a gritar. Nunca antes le habían clavado una navaja, era ladrona, sí, pero es ella la que ataca y no a la que atacan.

Mi Ladrona (COMPLETA) (Versión Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora