Transformers Prime: Megatron

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El cañón espacial de los cybertronianos, bautizado por los ingenieros armamentísticos de Nexter como el Puño de Primus, tenía la apariencia de un sencillo cilindro de color gris, su munición era energon solidificado altamente concentrado que se calentaba en cuanto el arma se preparaba para disparar. Una vez el cañón estaba listo para atacar, de la boquilla salía disparado el energon hacia el objetivo, resultando en una explosión mortal alrededor de 0.36 kilómetros cuadrados, aniquilando todo lo que se encuentre dentro del radio de explosión.

El arma empezó a ser utilizada con éxito en contra de las colmenas, sin embargo, su alcance solamente se limitaba a la cara de la luna en la que la estación espacial se encontraba y el ejército descartó la idea de movilizar la estación, al menos por el momento, debido a que eso podría comprometer la línea de suministros. Esto era un alivio para Starscream, ya que la cantidad de energon que se necesita para trasladar su preciada estación era descomunal. 

Proteus lo discutió con su círculo de socios, Nexter claramente estaba encantado de poder venderle al ejercito su arma a un precio bastante elevado, Crosscut aceptaría lo que fuera que haga la guerra más corta, puesto que no tendría ganancias hasta que la guerra termine. Pero Bixpray no estaba para nada de acuerdo, argumentando que los cañonazos podrían desintegrar la materia prima y reventar las menas de energon.

Bixpray se apersonó al despacho de Proteus para volver a discutir el asunto, con el fin de que Proteus haga que el ejército deje de utilizar el cañón. No obstante se encontraría de que Proteus debió ir a la sesión mañanera del Consejo.

En la consejería, Proteus había prohibido la grabación y exposición en vivo de la sesión, ya que sabía lo que Halogen planeaba. De hecho, planeó ausentarse ese día también, pero prefirió quitarse de encima lo más rápido que pueda a Halogen. Bixpray, haciendo uso de su influencia en el Palacio de Gobierno, se adentró en la Consejería, en donde pudo presenciar la reunión.

—Atendiendo a la solicitud del consejero Halogen, le otorgo la palabra— dichas las palabras de Proteus, Halogen se puso de pie.

—Antes de exponer el proyecto, me gustaría asegurarme de que las cámaras están grabando y que se está transmitiendo en vivo en el canal del Consejo.

—Consejero Halogen, me tomé la libertad de que el equipo audiovisual se tome el día libre— Halogen suspiró y maldijo el nombre de Proteus en su cabeza.

—Me impresiona su preocupación por los trabajadores del palacio, Supremo Proteus— comentó con ironía.

—Consejero, por favor, continúe.

—Bien. El Proyecto de Ley 09154-20 busca entregarles a todos los combatientes del conflicto en Omega One una pensión que le permita a éste y a su familia subsistir de aquí en adelante. El borrador ya está subido, por lo que pueden leerlo— los demás consejeros abrían el archivo del proyecto en las computadoras de su asiento —Gracias, Supremo Proteus— volvió a sentarse.

Estuvieron unos minutos murmurando entre ellos, hablando sobre el proyecto. Proteus, por su parte, ni se molestó en revisar el archivo.

De pronto, una femme pidió la palabra.

—Consejera Ryloth, tiene la palabra— dijo Proteus.

—Gracias, Supremo Proteus— la femme, de armadura verde, se puso de pie e inmediatamente miró a Halogen, que estaba frente a ella —Consejero Halogen, ¿Cómo planea exactamente financiera esta "pensión vitalicia"?

—Me alegra que haga esa pregunta, Consejera Ryloth— él oprimió un botón y del centro de la Consejería se proyectó un círculo dividido en varias partes y lleno de números, era el presupuesto del Estado —Consulté con la Dirección de Presupuestos y ésta fue la información que se me entregó. Como ven, hay un 30% del presupuesto que va dirigido a Otros gastos. A menos que el Supremo Proteus pueda justificar estos gastos, podemos dirigirlos hacia Gastos de Seguridad Social, que, si me lo permiten, me parece una vergüenza que solamente ocupe un 15% del presupuesto. De hecho, es incluso más alarmante para mí, el ver como el Gasto en Defensa pasó de un 16% a un monstruoso 47% del presupuesto.