Transformers Prime: Megatron

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<Narrador>

En el Palacio de Gobierno, el jefe del Ejército de Cybertron, Ultra Convoy, caminaba rápido hacia la oficina de Proteus. Con una dpad en la mano y con un semblante de enojo e indignación, Convoy ni se molestó en solicitar una audiencia con la secretaria antes de meterse a la oficina.

—¡¿Eh?!— la secretaria se puso de pie cuando éste pasó sin permiso. —¡Señor! ¡Tiene que pedir audiencia!— esta se posó sobre el costado de su mesa que daba cerca de la entrada. Cuando Convoy entró a la oficina, ella salió de detrás de su escritorio para seguirlo.

—¡Proteus!— llamó el comandante al Supremo. Éste último lo siguió con la mirada desde que había entrado. —¿Qué es esto?— aventó el dpad al escritorio, para que Proteus viera lo que le había causado tal indignación.

Proteus miró la pantalla del dpad, en el que se estaba reproduciendo una y otra vez un vídeo de una protesta que fue sofocada por la pursuit en la ciudad-estado de Praxus. En aquel vídeo, se ve como una fuerza considerable redujo a un grupo de manifestantes.

No tardó en darse cuenta que, lo que había dejado "ofuscado" al comandante, era que un veterano en silla de ruedas había sido tumbado por los pursuits, provocando que un acompañante tuviera que cargarlo cuando la manifestación se disolvió para que pudiesen huir. Aquel vídeo había tardado prácticamente nada en volverse viral por las redes. 

—Señorita Ney, no se preocupe. Déjenos— le dijo el Supremo a su secretaría, quien estaba detrás de Convoy. Ésta asintió para luego retirarse de vuelta a su escritorio fuera de la oficina.

—¡Explícate!— Convoy se recargó en la mesa de trabajo. 

—¿Y a ti desde cuando te importa lo que le ocurra a esos?— se puso de pie para estar a su altura. —No te importaron cuando los dejé fuera de los desfiles. No te importaron cuando los devolví a los hoyos de los que salieron. ¿A que se debe ese cambio tan repentino?

—Si callé mi malestar en aquel momento fue simple y llanamente porque estaba ocupado organizando todo... ¡mientras tú solamente estabas aquí sentado y coqueteando con esa femme de allá afuera!

—¿Y que vas a hacer al respecto? ¿Te irás a quejar al Alto Consejo?— lo desafió sabiendo que Convoy no haría eso. —Deberías estar agradecido que te quité a todos esos esperpentos de encima.

—¿Y de qué sirve? Ahora salen vídeos de tus brutos golpeando a veteranos en silla de ruedas. ¿Cómo se supone que lidio con eso? 

—Tú te limitas a lo tuyo— lo apuntó con el dedo, pegando el mismo a su pecho. —Te preocupas de los que están en servicio activo, no de los retirados.

—¿Y entonces quién se va a ocupar de ellos? ¿Tú?— el coraje del comandante pudo con él. —¿Acaso dejarás de tirarle créditos a tus amigos para dárselos a los veteranos? 

—No te atrevas a chantajearme, Convoy, no creas que soy tan tonto como el resto del Alto Mando. Yo también puedo destruirte.

—¿Ah, si? ¿Volverás a poner a Magnus en medio para librarte de mi?

—No— negó con la cabeza. —Sino a Sentinel.

Convoy, que hasta entonces tenía una actitud desafiante hacia su Supremo, ahora parecía que el semblante que mantuvo, se deshacía por uno de intriga. 

—¿De qué estás hablando?— le preguntó en un intento por hacerse el desentendido. Intento que fracasó.

—¿En serio creíste que todos nos íbamos a tragar la tontería de que Sentinel solamente se desorientó y por eso cayó de la autopista? Por favor... tengo ojos y oídos en todo Cybertron— se sentó de nuevo con tranquilidad, sabiendo que con eso lo domaría. —¿Acaso lo tiraste de la autopista porque sospechaba de algo?