23

46 10 5
                                    


<Bixpray>

Apenas Crosscut me confirmó mis peores temores respecto a ese científico, Shockwave, y su maquinita para "salvar" al mundo... no dudé en ponerme manos a la obra.

Lo primero que hice fue contactar con otro socio que hice durante la guerra, con el que me reuniría en mi oficina en Simfur. Lo segundo, fue consultar la factibilidad de lo que hizo Shockwave, solamente para estar seguro. Por supuesto, el apoyabrazos de mi asiento favorito en mi nave privada, sufrió uno, dos, hasta tres golpes luego de que los científicos de varias universidades en Cybertron me respondieran "si, puede ser posible".

Estaba más que claro, esa máquina era una grave amenaza a mi industria y a la de Crosscut. Nexter, al estar en la industria armamentística, no le importaba ni una tuerca oxidada.

—¿Y por qué debería ayudarlos? — preguntó él.

—Porque somos socios, con eso basta— le respondió Crosscut a su pregunta cargada de ironía.

Soltó un suspiro risueño y se levantó de su asiento, dejando el cubo de energon, que yo mismo le había servido, sobre la mesa de centro.

—Somos socios cuando hay un asunto que nos concierna a los tres o nuestra mascota peligre— continúo él, usando aquel peyorativo para referirse a Proteus. —Ese fue el acuerdo matrimonial, ¿recuerdan?

—Estas de muy buen humor, ¿eh? — le diría Crosscut con el entrecejo fruncido. —Como ahora la estás haciendo de oro vendiendo tus juguetes al ejército, ya no nos quieres cooperar.

—No se lo tomen personal, por favor, no es nada contra ustedes, solamente son negocios. Ya no tengo deseos de involucrarme en más situaciones que sean... ilegales a ópticos de la maravillosa justicia.

—Estás manchado hasta tu tubo de escape, lata, ¿crees que un simple caso de espionaje podrá opacar todo tu asqueroso historial? — apretaba mi cubo de energon, al punto de que tricé el exterior cristalino del mismo.

—Bixpray, por favor, no quieras verme la cara de tonto. Los tres sabemos que eso no será una simple operación de espionaje.

Puede que ese idiota tuviera razón al final, pero con su ayuda sería mucho más fácil y no tendría que involucrar a alguien fuera de nuestro circulo.

Este "nuevo socio" estaba entrando a mi oficina luego de que mi secretaria me avisara de que había llegado. Su forma de caminar y su figura, eran bastante amaneradas. Me repugnaba.

—Señor Bixpray— él extendió su mano, que más que mano, parecía una garra.

—Starscream— se la estreché.

—Así que, necesita mi ayuda, ¿no? — dijo él sentándose enfrente de mi escritorio, sin que yo le diera el permiso para que lo haga. Sin duda este amanerado es muy arrogante.

—Así es... necesitamos acceso a un laboratorio de su estación espacial. El más privado y alejado que tenga...

—Para eso hay que hablar de pre...— este tarado de voz chillona me interrumpió, pero no se lo iba a permitir.

—Sin controles de ningún tipo, ni cámaras, ni registros de entrada ni de salida, ni guardias molestando. Dejando eso en claro, podemos hablar de precio.

—Verá, tengo un problema respecto a su querido amigo, Proteus— se echó en el asiento. Me sorprende que no se haya atrevido a subir sus oxidados pies a mi escritorio.

—Lo escucho, Starscream.

—Además de una suma de créditos, que naturalmente voy a pedir, necesito que me garantice que mi estación, bajo ninguna circunstancia, podrá ser expropiada.

Transformers Prime: MegatronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora