A Certain Time Controller

Tmp 2: capitulo 19

Touma gruñó cuando el ataque de aquella bestia fue deshecho por su mano, la batalla que estaba teniendo podría ser la más difícil que tuvo hasta ahora, aquella criatura era veloz y cada vez que se acercaba para que su mano la tocará está se alejaba, como si supiera que su mano podría dañarlo.

Lo que le dió la idea a Touma de que la criatura estaba hecha de magia, y si la tocaba aunque sea una vez está desaparecería.

Una vez más se preparó para atacar pero antes de hacerlo vió cómo dos figuras aparecían de la nada, una de las dos figuras fue lanzada hacía el monstruo que estaba enfrentando mientras la otra aterrizó a un lado suyo.

Fue hay que reconoció a la joven de hace un momento, se veía en mal estado, con sangre cayendo de sus labio y frente, algunas cortadas y moretones.

Iba a preguntar que paso pero una voz lo saco de su pensamiento.

"Ketsueki-sama, despejé el área de cualquier tipo de magia con ayuda de la mano de Kamijou Touma, podemos acceder al nivel 6 sin complicaciones". Touma observó con nerviosismo a una joven blanca con ojos verdes demoníacos apoyándose cuidadosamente en la espalda de la joven Azabache con sus brazos al rededor de su cuello y con la expresión más muerta que había visto en su vida.

"Lo hiciste bien, ahora ayudame a llegar al nivel 6, démosle una paliza a estos monstruos, Touma, te cubro, sólo tienes que tocarlos y estoy segura que todo acabará".

El joven aun algo confundido por la situación sólo asintió y de repente el tiempo comenzó a fluir más lento, hermosas alas de colores cambiantes cómo olas brotaron de la espalda de la joven.

Sorprendentemente su mano no deshizo el control sobre el tiempo que la joven ejercía en el área.

Cat a lo lejos gruñó cuando notó que su cuerpo se movía más lento, no entendía, no entendía ésto, y pará alguien que está cerca del poder de un dios no entender algo era humillante.

Entendía que la chica controlaba el tiempo y lo podía relentizar sin ella verse afectada, pero no entendía cómo funcionaba.

Y con eso, todavía tenia que estar al lado de ése molestó monstruo dragón o lo que sea.

Y otra cosa que notó fue la ausencia de magia en esta zona, al parecer la niña había preparado un escenario de combate de antemano.

Un estallido se escuchó y antes de que Cat pudiera entender que había pasado sintió como su cara desaparecía, figurativamente.

Soltó un gruñido y rápidamente se alejó sosteniendo su rostro, la mocosa había golpeado, y duro, ignoró el dolor y la observó.

Su mirada estaba muerta, pero sus ojos emanaban un siniestro brillo rojo, su rostro estaba oscurecido y en general se veía cómo el monstruo que Cat había visto en aquella ocasión.

"Oye lagarto, más te vale no meterte en mi pelea". Cat gruñó al enorme ser quien la ignoró, toda su atención centrada únicamente en el verdadero peligro, aquel chico de pelos de punta.

Cat notó eso, pero le resto importancia, no era su pelea.

Cat saltó hacía atrás evitando por poco una enorme estaca de hielo que brotó de la tierra sólo para que una fuerza invisible la atrajera hacía la azabache.

Ni rápido ni perezosa invoco su espada de color negro y la clavo en el suelo deteniendo su avance solo para que una fuerte ráfaga de viento la mandará a volar varios metros, y para su incredulidad vió como una mano pálida emergió del piso.

Sintió la magia demoniaca en ésa mano y rápidamente se hizo a un lado.

Y ahora todo tuvo sentido para ella, la mocosa había hecho un trato con un demonio, por eso estaba viva después de su primer enfrentamiento, por eso se volvió más fuerte, por eso su alma estaba tan corrompida, por eso era un maldito monstruo.