Capítulo 2

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          La puerta se abrió dejando ver a una mujer de cincuenta años con el cabello oscuro recogido en un moño de forma firme, esto permitía ver las incipientes canas que ella portaba con orgullo, la señora se corrió de la puerta con una sonrisa dándole paso a que ingresara a la casa, Willian se quitó el saco marrón de pana que lo abrigaba.

     ― ¿Cómo estás Ana?―preguntó mientras le entregaba el abrigo.

     ―Muy bien, ¿y usted?― la mujer le regaló una sonrisa.

     Willian le regalo una sonrisa mientras ambos se encaminaron a la parte trasera de la casa donde se podía oler como estaba comenzando a hacerse una parrillada, algo que casi parecía tradición de cumpleaños dentro de la familia.

     ―Todo ha ido bien Ana, gracias―dijo antes de cruzar la puerta del jardín y ser atropellado por un pequeño niño.

     ― ¡Tío!―dice una vocecita que retumba contra las piernas de William.

     El escritor puede ver el cabello levemente ondulado de color castaño oscuro, similar al suyo y luego unos brillantes ojos azules que lo recibieron feliz, William sonrió, siempre podía contar con la sonrisa de su sobrino.

     ― ¡Campeón!―exclama mientras lo toma en brazos y lo sienta en su cadera ―Feliz cumpleaños―besa la cabeza del niño para luego entregarle la bolsa donde estaba el regalo que había escogido para él.

     El pequeño se baja de sus brazos luego de un pequeño abrazo corre para poder abrir el regalo junto a su joven madre que miraba al recién llegado con cariño, Wiliam devuelve una sonrisa y se acerca a la mujer de casi sesenta años que estaba sentada en la mesa y le había abierto los brazos al verlo llegar, ella portaba orgullosamente un cabello gris perfectamente peinado, acompañando sus delicadas facciones que con los años no habían hecho más que aportar belleza.

     ―Hola mamá―Willian beso la mejilla de la mujer mayor.

     ― ¿Cómo estás Will?

     ―Bien mamá, todo bien, ¿Cómo va todo por aquí?―preguntó mientras se acercaba al hombre en la parrilla para palmear la espalda a modo de saludo.

     ―Will―el tono de voz está teñido de un reclamo.

     William con su muy arraigada costumbre roba un pedazo pequeño de carne que se estaba asando y se aleja de la parrilla riendo mientras su cuñado grita que era muy mayo para ser tan infantil.

     ― ¡Gracias!―la cabellera del pequeño que se vuelve a estrellar contra las piernas de William regalándole una sonrisa.

     El mayor revuelve su cabello mientras él lo carga para poder acercarse a la mesa esta vez para besar a su hermana pequeña.

     ― ¿Te ha gustado?

     El niño asintió efusivamente con la cabeza mientras veía como Willian besaba la mejilla de su mama.

     ―Hola Clari.

     ―Oí que el nuevo libro es un éxito... ¿Cómo te sientes?―pregunta a modo de saludo mientras lo ve sentarse.

     ―Algo abrumador, hay mucho que hacer, el guión de la segunda película y el cuarto libro... pero todo va genial― les dedico una sonrisa cansada y miró a su sobrino que estaba aún abrazado a su cadera aunque él ya estaba sentado ― ¿Te has estado portando bien?

     ― ¡Sí!―exclama entre risas poco confiables.

     Pero un momento después se baja de los brazos de su padrino para salir corriendo nuevamente en dirección a la puerta donde ahora estaban tres personas.

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